jueves, 8 de septiembre de 2011

La Desaparición de las Comisarías de Policía y el Nacimiento de las Inefables Agencias del Ministerio Público.


Con este Acuerdo del Presidente Pascual Ortíz Rubio, se decretó el principio del fin de las Comisarías de Policía y el Surgimiento de las inefables Agencias del Ministerio Público y de la Denuncia Formal y su Laberinto de Impunidad.

La era de la desarticulación de la política criminal empezaba. 

¿Porque se empeñan en defender este autoritario y obsoleto modelo?

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viernes, 5 de agosto de 2011

15 M y el Tímido Programa de Pérez Rubalcaba


Los Indignados del 15 M, han mostrado que la brutal acumulación de poder en los gobiernos, las grandes corporaciones y sindicatos, han doblegado a las democracias.

La idea de que un gobierno fuerte, democráticamente electo y sometido a la ley velaría por los intereses comunes frente a los intereses particulares, se está desmoronando paso a paso.

Ningún gobierno (ni Estados Unidos, ni Reino Unido, ni México) ha podido someter a los intereses de banqueros, grandes empresarios ni de sus propios partidos políticos.

Genera una gran impotencia ver como en Estados Unidos, los banqueros causantes de la crisis económica y financiera, han aumentado sus salarios con los fondos de rescate proporcionados por los contribuyentes norteamericanos.

Es escalofriante observar al Presidente Obama firmar recortes al gasto publico de los servicios de salud para los ancianos y no hacer nada con todas las ventajas fiscales de los mas ricos.

Fue, en su momento, muy significativo que los gobiernos del Reino Unido y de los Estados Unidos engañaran a sus pueblos, afirmando que había armas de destrucción masiva en Irak, empezar una guerra donde han muerto miles de jóvenes y que a la vuelta del tiempo se haya demostrado que era mentira y nadie haya sido procesado por eso.

Es muy significativo que en España ni los socialistas ni la derecha hayan podido articular el turismo, los servicios y el sector inmobiliario con la economía de la innovación que es la única que le dará los empleos que le hacen falta.

¿Qué han evidenciado los Indignados? - que el gobierno representativo, intermediado por partidos políticos, se ha corrompido completamente;

a)     Por la enorme cantidad de recursos financieros, humanos y materiales que concentra.
b)    Por la asociación perversa – de intereses recíprocos – con los aparatos mediáticos que administran la ideología y el consenso
c)      Por la relación muy cercana en las cúpulas políticas, financieras y empresariales que los convierten en un mismo partido, empeñado en generar consensos sociales para proteger intereses particulares.

El fondo es que intereses tan enormes – diría Lord Acton – corrompen irremediablemente y sutilmente a las estructuras del poder político y económico que las divorcian de los ciudadanos e incluso de los consumidores.

La hipótesis de la división de poderes, de los anticuerpos sociales, como la prensa libre están haciendo agua y al ciudadano indignado lo que le queda es el “derecho de pataleo”.

Los Indignados del 15 M y los blogs, twitters y páginas web hasta ahora son los espacios de libertad que le quedan al pueblo, pero los partidos, los sindicatos y el propio gobierno están secuestrados por los intereses que los alimentan de poder y privilegio.

¿Qué propone? Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a la Presidencia del Gobierno ante esto? Tres cosas;

a)     Mas proporcionalidad y cercanía a través de circunscripciones mas pequeñas siguiendo el modelo alemán
b)    Que los diputados y senadores puedan formular iniciativas de forma individual
c)     Abrir la iniciativa ciudadana modificando la comisión de peticiones por una de participación ciudadana y
d)    Reformar al Senado para que represente mejor a las autonomías

Adicionalmente, quizás, aunque el candidato socialista no lo hizo tan explícito promoverá la reforma judicial que ha propuesto el Fiscal General del Estado Cándido Conde-Pumpido Tourón para centrar la investigación criminal en los fiscales y no en los jueces de instrucción.

El laberinto de Pérez Rubalcaba es que no debe proponer un programa electoral, la coyuntura de España, que ha evidencia los Indignados exige mucho más que eso. El impulso de la transición de la que gozaron Adolfo Suárez, Felipe González, José maría Aznar y Rodríguez Zapatero, se agotó, ahora hay una exigencia de nuevas metas, nuevos liderazgos que generen un nuevo impulso que transforme a la sociedad española, de una sociedad opulenta a una sociedad innovadora.

Más allá de algunas tímidas reformas electorales y una reforma judicial que debe repensarse con mas cuidado, lo que se requiere es un replanteamiento que libere al Estado, del secuestro de los intereses que lo están dominando y se transforme nuevamente en le garante de los intereses generales, frente a los particulares.

Se requiere una “evolución” que ponga a España a innovar, para que transfiera el poder de los intereses actuales (burocratizados) y lo disperse entre otros nuevos, de industrias nuevas que no vivan de clientes cautivos sino de nuevos mercados, de inventos en innovaciones que generen empleos del siglo XXI.

Lo que se requiere no es una tímida reforma electoral, sino una mutación de la propuesta Española para el mundo. Así los Indignados tendrán un líder y una causa, ahora sólo están Indignados.

lunes, 25 de julio de 2011

Page One: Manufacturing Consent Part II and Rene Descartes

If the information through which we get the idea of truth and reality comes to us via our senses. How do we know that our senses are right? How do we know our senses are not cheating us? That´s simple: BECAUSE THE NEW YORK TIMES SAID SO!!

Page One (http://www.imdb.com/title/tt1787777/), makes the case of the New York Times truth; we have correspondents all over the world, we have the best journalists, editors and managers; we have what, small news, websites, bloggers or twitters don´t have; the practice of professional journalism.

 So, even if the news delivered by paper are dying, we can compete in the web and social networks, because journalism is still alive and though we no longer have the monopoly that paper, newspaper gave us, we are reinventing journalism in the web. In short, the aggregation of opinions through tweets, blogs or Facebook lacks the sources, the rigor and the vision that NYT journalism has.

Well, so far they´re right, however Page One doesn´t address the real issue here, are the NYT telling the truth? The kind of consent they´re helping to manufacture is based on democratic values or in special interest they have served in the past?

The question remains because nobody questions NYT professionalism but the interest they serve.

Page One says almost nothing about Carlos Slim´s investment in NYT, just a few seconds and gives no real answers to the Judith Miller´s reports on WMD in Iraq despite the fact that ambassador Wilson wrote a piece in the same paper explaining there wasn´t the possibility of WMD in Iraq.

Consent is manufactured through the information we have, which is transformed in perception and then in decisions and actions, therefore let us read with a bit of a critic doubt the truths and facts the NYT professional journalists published, and let us read the blogs, the tweets and the social networks as a way to create checks and balances to diminish the power of the old all powerful journalism, which despite its information apparatus knowingly not always, have said the truth.

I´ll keep reading NYT, cause it´s the best, but I´ll keep reading other sources and seeing other things to manufacture my vision of the world. Rene Descartes perhaps would smile thinking... "methodic doubts" 

miércoles, 29 de junio de 2011

La Denuncia Formal: Un Laberinto de Impunidad

Ahí les va la Introducción del nuevo libro que busca entender porqué a pesar de la inseguridad la gente no denuncia los delitos y porqué los gobiernos complican tanto la presentación de una denuncia.

En México, apenas se denuncian 22.1 de cada 100 delitos sin embargo, solamente se inicia una averiguación previa en 14.8, es decir que de cada 100 delitos solamente 14.8 son “investigados” por la autoridad ministerial.

Básicamente el 38.3% de las personas que no denuncian el delito o delitos de los que han sido víctimas es porque lo consideran una pérdida de tiempo, 15.2% porque desconfían de la autoridad, 12.3 porque los trámites son largos y difíciles, 4.8 por una actitud hostil de la autoridad y 1 por miedo a que los extorsionaran. En suma, el 70% de los que no denuncian un delito, consideran que el deficiente servicio de la autoridad (en este caso de las agencias del ministerio público) es la principal causa de que no denuncien los delitos. En los países con los niveles más altos de denuncia, la autoridad conoce entre el 50% y el 70% de los delitos.

La denuncia de hechos que tentativamente pueden implicar la existencia de un delito, (aunque no es la única forma de que la autoridad se entere de la existencia de un posible delito) es muy importante para investigar y perseguir cualquier tipo de crimen y para desarrollar una sólida política anti-criminal. Sin embargo y a pesar de su importancia, el diseño del sistema de seguridad pública y procuración de justicia, así como la regulación de este procedimiento, en la práctica inhiben al individuo, como los datos lo confirman, para reportar a la autoridad la posible comisión de un delito.

Las razones del bajo nivel de denuncia en México se pueden explicar de diversas maneras, sin embargo, el origen del problema se encuentra en la confusión que existe entre el concepto de denuncia o querella en un sistema inquisitivo, que opera como una garantía contra abusos de autoridad, especialmente de quien está encargado de la investigación de los delitos y el concepto de denuncia o querella en un sistema adversarial donde estas son el simple (o complejo dependiendo el ilícito) reporte de un posible delito o en etapas posteriores como la acusación que hace la entidad competente a un juez, para vincular a una persona a un proceso penal.

Por un lado, a la denuncia se le entiende como el hecho de que cualquier persona le reporte a la autoridad la posible comisión de un delito (noticia de un crimen), para que la autoridad proceda a actuar en consecuencia, es decir, impedir que éste continúe, si es que está en proceso, con el fin de proteger a las posibles víctimas, o a investigarlo para perseguir a los culpables.

Por el otro, a la denuncia se le da el carácter de una garantía para el imputado y para la sociedad en general ya que este requisito (previo a cualquier investigación criminal) busca  impedir que la autoridad pueda causar molestia (detención, cateo, intervención de comunicaciones, etc.) a un individuo por su propia iniciativa, sino que requiere para actuar que haya una acusación hecha por un persona (antes se pedía que fuera una cierta y digna de fe) y por un hecho que pueda constituir un delito en el que éste haya estado involucrado.

Esta segunda acepción (la de ser una Garantía) requiere de mayor explicación para entender su significado, la lógica en la que se diseñó, el derecho que buscaba proteger en el marco del Garantismo Inquisitivo, pero sobre todo, la absurda restricción que genera y la torpeza que provoca para denunciar e investigar los delitos y lo innecesario de esta garantía a la luz de una justicia democrática.

Bajo la premisa de que la Denuncia es una Garantía, los códigos de procedimientos penales, tanto federal como de los estados, así como la jurisprudencia, han establecido a la denuncia y a la querella (y una serie de formalidades para presentarlas) como un requisito de procedibilidad para iniciar la investigación de un delito lo que provoca, como nos demuestran las cifras, un nivel escandalosamente bajo de denuncias de parte de las víctimas u ofendidos de un delito.

Establecer en la carta magna el sólo hecho de reportar la posible comisión de un delito a la autoridad investigadora parecería fútil sin embargo, detrás de este requisito existe una larga discusión sobre las garantías procesales que atenúan la agresividad del sistema inquisitivo y de las facultades de molestia que la autoridad investigadora puede tener en contra de un ciudadano, sospechoso de un delito.

El presente ensayo, es un intento por entender las razones del bajo nivel de denuncia del delito que hay en México pese a la criminalidad que se vive, desagregando el proceso de denuncia y entendiéndolo a la luz de su trayectoria histórica, jurídica y fundamentalmente política.

Al mismo tiempo y abusando de la paciencia del lector, busca recuperar y separar en su adecuada etapa procedimental (aunque al principio genere confusión), las diversas acepciones que equivocadamente se han integrado en el proceso de denuncia ante el Ministerio Público como; a) reporte de un delito; b) como la imputación que se hace en contra de una persona por la posible autotía o participación en la comisión de un delito y; c) como requisito indispensable para que un juez pueda librar una orden de aprehensión.

Finalmente, hace una propuesta para recuperar y facilitar en la teoría y en la práctica, el concepto y el procedimiento para; a) reportar un posible delito, con el fin de aumentar el nivel de denuncia del delito; b) recuperar el papel del Ministerio Público como autoridad administrativa encargada de la persecución de los delitos y evitar cualquier semejanza de esta noble institución con los antiguos jueces inquisitivos y c) solventar la grave confusión de etapas procesales que existen entre el reporte de un posible delito (la denuncia) y la acción penal que permite a un juez, por “denuncia” del Ministerio Público librar una orden de aprehensión o autorizar otras medidas de molestia en contra de individuos sospechosos de cometer un delito para vincularlos a un proceso penal.

Si bien la reforma al sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal de 2008, resolvió en la legislación muchas de las restricciones que han tenido la autoridad y la sociedad para combatir la delincuencia y proteger los derechos humanos, mantuvo e incluso incrementó la dispersión y duplicidad que existe entre las instituciones de seguridad pública y procuración de justicia para articular una política criminal, básicamente porque omitió recuperar el sentido original y garantista del concepto y del proceso de Denuncia (manteniendo la confusión de originada en1929 y sin leer al gran Francisco Zarco como veremos) como el requisito para que un juez pueda vincular a un ciudadano a un proceso penal y no como un trámite de corte inquisitivo para que una autoridad administrativa (el Ministerio Público) pueda someter a una instrucción administrativa a un ciudadano, cosa que va seguir generando problemas en la implantación del nuevo proceso penal pero sobre todo va a ser un obstaculo para que haya seguridad pública y justicia penal en nuestro país.

viernes, 17 de junio de 2011

Memorias de Los Pinos


Por. Bernardo León Olea

Repito esta primera parte para, empezar desde el principio.

Mi oficina en Los Pinos estaba exactamente arriba de la oficina del Presidente, en broma, me gustaba decir que “mi oficina estaba por encima de la del Presidente”, lo cual físicamente era verdad, pero hasta ahí.

El último día que ocupe esa oficina, me senté en el escritorio, observe toda la habitación con su grandes ventanales que daban a los jardines y al busto de Benito Juárez y de Sebastián Lerdo de Tejada, el librero estaba vacío, el enorme pizarrón que había mandado poner en una pared se encontraba perfectamente limpio y sólo unas cuantas cajas con libros y con algunas fotos personales permanecían en la mesa de juntas, listas para llevármelas.

Sentado en ese lugar, pasaron por mi mente las experiencias que me había tocado vivir en 20 años de activismo político, desde el diálogo interno que tuve a los 18 años para decidir si me afiliaba al Partido Socialista (PSUM) al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), al Partido Demócrata Mexicano PDM o al PAN (Acción Nacional), hasta el proceso de desafuero en contra de López Obrador, pasando las elecciones en Juchitán, Oaxaca en el 1985, por la campaña para gobernador en Chihuahua en 1986, el fraude electoral de 1988, la elección de Ruffo en Baja California Norte, que lo convirtió en el primer gobernador panista de la historia, hasta la elección de Vicente Fox en el año 2000.

Comparaba, la transición a la democracia y el gobierno de Fox, con la forma en que me la imaginaba durante la década de los ochenta y de los noventa, cuando la meta era derrotar al PRI y construir un sistema democrático y me daba cuenta que derrotamos al PRI, pero luego algunos obtusos colaboradores del Presidente Fox lo habían revivido en sus peores formas y, por otro lado, la construcción de un sistema democrático todavía era muy frágil como para cantar victoria, sin embargo, el país estaba en calma y la economía estable, aunque subsistía una enorme injusticia en el país.

Claramente las cosas habían sido muy diferentes a como las había imaginado, me sentía un poco decepcionado, pero no demasiado, durante mis años en Los Pinos – al menos en los que a mí me tocaba – habíamos tenido muchos éxitos que festejar y a pesar de toda yo me sentía muy optimista. Sin asomo de cinismo, con los pies en la tierra, y después de ver con cierta crudeza la naturaleza humana en el trance de la lucha por el poder, me había convertido en fiel seguidor del paradigma panista de que “no haya ilusos para que no haya decepcionados”.

Abstraído en mis recuerdos y reflexiones y, dándome cuenta de donde estaba sentado y la trascendencia del momento – al menos para mí – (no todos los días se va uno de Los Pinos), me regresó a la realidad mi secretaría –Josefina – que me avisaba que ya estaba mi chofer en la puerta 5 para llevarme a mi casa. Me paré, observe por última vez la oficina y me salí.

Al cerrar la puerta oí el ruido de la cerradura electrónica de mi oficina por última vez, me despedí de Josefina – mi secretaria – sin mucha ceremonia para evitar las lágrimas y baje las escaleras principales. En la planta baja me cruce con el Presidente Fox y me despedí con un –buenas noches presidente y me respondió amablemente de la misma manera y continué mi camino a la calle. El Presidente no sabía que yo había renunciado, no me había atrevido a decirle, porque un funcionario antes de mi se había ido a despedir y el Presidente se había negado a aceptarle su renuncia y lo había tratado casi como un desertor, así que yo presente mi renuncia ante mi jefe directo, que era Ramón Muñoz y no le informé directamente al Presidente, tenía miedo de que me retuviera o de recibir alguna reprimenda.

Renuncié, en diciembre de 2005, en 2006 serían las elecciones federales y yo me quería presentar como candidato a diputado por el V distrito electoral en Tlalpan DF, tenía la ambición de ser diputado, tenía una agenda legislativa y política que quería promover en la cámara baja y no quería que nada aplazara mi proyecto, además había terminado mi trabajo y el proyecto que quedaba pendiente (la reforma de seguridad pública y justicia penal) no sería aprobada hasta el sexenio siguiente (yo esperaba ser el Presidente de la Comisión de Justicia para promover su aprobación), la mala relación de Fox con el Congreso impedirían que eso sucediera antes, por lo que yo sentía que había terminado mi tarea. Así que me fui a la Puerta 5, me despedí de los miembros del Estado Mayor Presidencial que cuidan la entrada de la casa presidencial, me subí por última vez al coche que me había prestado el gobierno por cinco años y medio y me fui a mi casa.

Ese ciclo de mi vida que había empezado 20 años antes, terminaba, en diciembre de 2005, saliendo de la Residencia Oficial de Los Pinos después cinco años y medio de trabajar con el primer gobierno panista de la historia, efectivamente mucho agua había corrido en ese río. 

martes, 7 de junio de 2011

Ernesto Cordero: Una candidatura endogámica


De los últimos cinco presidentes emanados del PRI, ninguno tuvo un puesto de elección popular antes de ser presidentes. Su vida, la de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo había transcurrido entre oficinas burocráticas de bajo y alto nivel, pero ninguno fue diputado, senador, gobernador, presidente municipal, ninguno fue a buscar el voto o a entenderse con los ciudadanos, su vida era sólo la rutina, sólo la visión muy limitada, que desde la oficinas burocráticas del gobierno federal en el DF se tiene del país.

Si uno observa sus trayectorias profesionales, básicamente fueron servidores de carrera, quizás con la excepción de Luis Echeverría, que estuvo mas ligado al trabajo partidista dentro del PRI, ninguno realmente hizo trabajo político. Su ascenso fue burocrático y su llegada al poder estuvo directamente relacionada con un sistema político, que independientemente de a quien postulara para ser presidente, ganaría las elecciones.

Dicho de otra manera, en México las carreras políticas se construían en la burocracia, no en la arena electoral, lo que convertía a la Administración Pública un campo de batalla político, distorsionando su función administrativa en perjuicio de los mexicanos.

Los viejos priístas (y los nuevos ahora se han dado cuenta de eso) sabían que había que estar en contacto continuo con el pueblo, ir a sus bautizos y bodas, conocer su necesidades, darles diferentes apoyos y ayudas ya que estos “gestos” son fundamentales para mantener a su clientela electoral y política. Ese inmenso trabajo político le dio al PRI muchas décadas de poder, sin embargo, como todo buen monopolio (sin competencia), al saberse invencible descuido a sus bases (bajo la calidad de su producto) y permitió que unos jóvenes muy lejanos del pueblo pero armados con diplomas en diferentes universidades extranjeras, articulados al hablar y de finas maneras tomaran las cúpulas del poder (de donde todo partía) y abandonaran la cercanía con el pueblo.

Los tecnócratas tienen un despreció muy grande por la política, consideran a los políticos unos merolicos profesionales que no tienen clase. Ellos no se ensucian las manos, no discuten con ignorantes y mucho menos se rebajan a la despreciable tarea de buscar votos, excepto cuando, en la lejanía del candidato presidencial, hacen el esfuerzo de saludar a sus acarreados. Ellos son “políticos de cúpula”

Los tecnócratas fueron tan exitosos en su conquista del poder desde la burocracia y no desde el voto, que transmitieron la idea a muchos jóvenes mexicanos de que para llegar al poder había que estudiar en alguna universidad de prestigio básicamente en Estados Unidos, pero sobre todo vendieron la idea de que la carrera política no se construye en las colonias, en los pueblos, en los distritos electorales sino en la universidades extranjeras y en la burocracia federal.

Este esquema se repetía, en los estados y aún en algunos municipios e incluso en el Poder Legislativo, muchos burócratas eran postulados como gobernadores de sus estados natales, aunque habían pasado toda su vida en la ciudad de México y a otros los hacían diputados, plurinominales, por supuesto para que no compitieran.

Las elecciones del 1988, donde el PRI casi pierde el poder a manos de los “políticos” con bases (Cuauhtémoc Cárdenas había sido senador y gobernador de Michoacán) hicieron evidente esta situación y para 1994 Salinas postuló a Colosio que había sido diputado por mayoría, líder del PRI y Senador por Sonora, como candidato presidencial, sin embargo fue asesinado y un tecnócrata por antonomasia como Zedillo, fue postulado.

En la campaña de 1994, un político con apenas una licenciatura en la UNAM, pero forjado en las batallas partidistas, en las campañas, en los fraudes electorales y en el Congreso, lo venció en el debate y lo puso en la tesitura del perder las elecciones.

Para el año 2000 el PRI postuló a Labastida que había sido Gobernador de Sinaloa en 1986 (aunque llevaba años de no vivir ahí y ganó a través de un fraude electoral en contra de Manuel Clouthier), sin embargo se encontró con un político – Vicente Fox – de la calle, que había sido diputado federal por mayoría, Gobernador de Guanajuato y cuya carrera política estaba muy lejos de la alta burocracia panista.

La Tecnocracia del PAN

Desde su fundación, el PAN había tenido muchos problemas para ganar elecciones y obtener espacios de poder y por ello buscaba entre los empresarios, los profesionistas independientes y los activistas religiosos, a su candidatos, con el fin de atraer su fuerza y sus bases para el PAN.

Básicamente, durante la primera parte de su historia, el PAN ganaba alguna que otro distrito legislativo y esporádicamente un municipio basado en la fuerza no del PAN sino del incauto líder al que habían convencido para que se postulara.

Más adelante se crearon los diputados de partido donde todavía era indispensable tener una buena cantidad de votos para llegar a la cámara de diputados, sin embargo, después de las reformas electorales que crearon y ampliaron los diputados plurinominales y los subsidios a los partidos políticos, se fue forjando una burocracia panista que por su trabajo al interior del PAN, no con las bases, ni en los distritos, obtenían los primeros lugares en las listas plurinominales o la postulación en los distritos “seguros” lo que cambió completamente la dinámica partidista.

Durante las décadas de los ochentas y noventas, el PAN reclutó líderes sociales – básicamente empresarios – para lograr triunfos electorales. Líderes como Francisco Barrio, Manuel Clouthier, Carlos Medina, Fernando Canales, Adalberto Rosas, Vicente Fox, Ernesto Ruffo, entre otros, provenían de sindicatos patronales que querían cambiar la política del régimen pero que no parecían estar muy compenetrados en la ideología, ni siquiera en las luchas panistas, salvo excepciones que cumplían el doble perfil (panista-empresario) como Don Luis H. Álvarez o Rodolfo Elizondo.

Estos líderes y otros más le dieron fuerza al PAN y ganaron elecciones sin embargo, muchos panistas, los veían como advenedizos que habían aprovechado las luchas generacionales del PAN para cosechar los frutos sin que los verdaderos panistas – según ellos – tuvieran acceso al poder o a los altos cargos dentro de los gobiernos.

Los pleitos entre los comités municipales y estatales de PAN y sus alcaldes y gobernadores se multiplicaron, ya sea porque exigían cuotas dentro de sus gobiernos o porque querían definir la política y las alianzas de sus administraciones.

Esta situación llegó a su punto más alto, cuando los que se sentían herederos del PAN, se vieron desplazados por los empresarios y Fox se quedó con la candidatura presidencial, mientras Felipe Calderón quedó en los primeros lugares de la lista plurinominal, aunque casi toda la campaña del 2000 se la pasó en Harvard, para luego ser líder parlamentario en la cámara de diputados en una relación muy difícil con Santiago Creel y con el propio Fox que permitió que la agenda legislativa de ese sexenio fracasara.

La reacción en el PAN al triunfo de Fox no se hizo esperar, los panistas empezaron a pedir todo tipo de puestos y cargos en la Administración Pública Federal con el apoyo del partido, mientras Fox peleaba en el Congreso (con la oposición de Calderón) para que se aprobará una Ley del Servicio Profesional de Carrera, que evitara que el gobierno federal se convirtiera en un botín político de cualquier partido en este caso del PAN.

Sin embargo, esta ley no se implementó debidamente y una burocracia albiazul, se convirtió en un subproducto de la transición democrática. Aunque perdió el PRI las elecciones en el 2000, en realidad las formas y métodos priistas permanecieron en el gobierno y se trasplantaron al PAN.

El PAN nunca ha sido un partido de masas, más bien la ciencia política lo ubicaría como un partido de cuadros que aspiran al gobierno, sin embargo, a partir del triunfo del año 2000 las solicitudes para entrar al partido se multiplicaron geométricamente, por lo muchos lideres panistas se sintieron amenazados de perder el control del partido, así que se restringió mucho la afiliación al PAN y pasar de adherente a militante resultó una empresa muy complicada para muchas personas, incluidas algunas muy cercanas a Fox.

Seis años después, la visión endogámica del PAN, ha permitido que casi se pierdan las elecciones presidenciales del 2006, que se perdieran las elecciones del 2009 y que el panorama para el 2012 se vea complejo por buscar algún calificativo.

Sin embargo, esta situación no parece inmutar la premisa endogámica del PAN para los panistas o incluso todavía más, para los Calderonistas.

Ernesto Cordero, es una buena persona, capaz e inteligente y a diferencia de su jefe es mas conciliador y de buen trato, sin embargo, nunca ha tenido un puesto de elección popular, no tiene carrera política, es producto de la endogamia calderonista y reproduce un esquema que llevó al PRI a perder el poder.

La política es distinta a la administración pública, son dos cosas distintas, la política busca el cambio, a innovación y se basa en el sentido común, la administración pública busca la continuidad, el orden y se basa en la técnica. Los perfiles son distintos, un político esta en la calle, su trabajo es hablar, proponer, convencer, ser electo, no tiene que ser un experto, para eso lo asesoran los expertos.

En el fondo la tecnocracia tiene una visión profundamente despectiva de la política y de la democracia, porque cree que la técnica supera al sentido común, a las aspiraciones de los individuos. Los tecnócratas deben ser los asesores de los políticos, pero seria una pena que el PAN reprodujera el esquema que llevó al PRI a perder el poder y el PRI ganara con un político que al parecer esta muy bien asesorado.

Ojala que en el PAN encontremos un político que se postule a la Presidencia y que los panistas entendamos que los políticos son electos y los tecnócratas son de carrera y no tienen militancia partidista.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Nueve ideas del Inventor de la Policía para que ésta funcione









LOS NUEVE PRINCIPIOS BÁSICOS DE
SIR ROBERT PEEL (fundador de Scotland Yard)
SOBRE LA POLICIA.

1. La misión básica para la cual existe la policía es prevenir el delito y el desorden.
2. La capacidad de la policía para realizar sus funciones depende de la pública aprobación de sus acciones.
3. La policía debe conseguir que el público coopere espontáneamente en el voluntario cumplimiento de la ley para ser capaz de alcanzar y mantener su respeto.
4. El grado de cooperación del público que puede llegar a alcanzarse disminuye en proporción a la necesidad del empleo de la fuerza física.
5. La policía no alcanza y conserva el favor del público satisfaciendo a la opinión pública sino demostrando constantemente su absoluta imparcialidad al servicio de la ley.
6. La policía emplea la fuerza física en el grado necesario para conseguir la observancia de la ley o para restaurar el orden solamente cuando el ejercicio de la persuasión, el consejo y la advertencia se han mostrado insuficientes.
7. La policía, en cualquier tiempo, debe mantener una relación con el público que haga realidad la tradición histórica de que la policía es el público y el público es la policía; solamente llega a ser miembro del público la policía a la que se le paga para prestar una atención completa a los deberes que incumben a cada ciudadano en interés del bienestar y la existencia de la comunidad.
8. La policía debe siempre dirigir sus acciones estrictamente hacia sus funciones y nunca pretender usurpar el poder judicial.
9. La prueba de la eficiencia policial es la ausencia de delito y desorden, no la evidencia visible de las acciones policiales al actuar contra estos.



martes, 18 de mayo de 2010

El PAN Suyo

No hay nada más reaccionario que la razón, lo que mueve a los pueblos es la ilusión.
Miguel de Unamuno (filósofo Conservador)

Ingresé al PAN en 1985, no había ni un peso en el comité del distrito XXXVIII de Álvaro Obregón y Magdalena Contreras en el DF donde me afilié, apenas unas 10 o 15 personas nos reuníamos los miércoles en un local extremadamente sencillo para hacer nuestras juntas. Los sábados, pintábamos, sin mucha precisión, bardas y postes de luz con la leyenda de "PAN" o "Vota PAN" en el mejor de los casos, por supuesto, que nadie cobraba un centavo por hacer eso, era completamente voluntario.

A pesar de la precariedad (el PRI era omnipotente en esos días) mucha gente se unía y votaba por nosotros, los motivos eran espirituales (en el sentido más laico del término) y en el fondo lo que nos unía era la convicción de que México necesitaba sacudirse al PRI y que hubiera una democracia donde los partidos se alternaran el poder por decisión del voto ciudadano.

En esa época era mucho más fácil ser militante que ahora, tampoco había tanta demanda... cierto; pero en más de un sentido, la precariedad del partido, aseguraba, de alguna manera, la sinceridad de quien quería militar, desde la marginalidad en que el PRI y su sistema tenían al PAN de entonces y participar en política.

El PAN ganó en 2000, sobre la imprecisa ilusión del pueblo mexicano, en un cambio democrático, sin embargo, el ejercicio del poder en los últimos 10 años ha desgastado al PAN y han cambiado los motivos de muchos militantes panístas para participar en política.

La repartición del poder ha cerrado al partido a la sociedad y ha centralizado muchas decisiones, por lo que la democracia interna ha sufrido y el reclutamiento de liderazgos sociales ha decaído y por ello el PAN ha perdido muchas elecciones.

Parafraseando a Carlos Castillo Peraza podríamos concluir que; "El PAN Nuestro" tiene que transformarse en el "PAN Suyo"(del pueblo se entiende) para volver a ganar elecciones y recuperar el sentido de misión y del ilusión que nutrió a esa militancia idealista que quería y quiere con más fuerza cambiar a México y que al mismo tiempo motivó a los mexicanos a votar por un partido, entonces pequeño y marginal, que sentían parte del patrimonio colectivo.

jueves, 6 de mayo de 2010

No olvidar

"Hay determinados momentos en que el político puede obtener un éxito real sólo con olvidar toda la red entrelazada de aspectos, análisis y cálculos políticos relativizados, actuando simplemente como un hombre honrado."

Václav Havel

Carta a Alexandr Dubcek
9 de agosto de 1969

viernes, 4 de diciembre de 2009

Juanito y Elíseo Martínez; Dos caras del mismo problema

Por Bernardo María León


En el trienio 1992-1994, la Ciudad de León, tuvo un excelente Presidente Municipal; Elíseo Martínez Pérez, transformó León de una Ciudad caótica, con problemas graves de desarrollo urbano, contaminación del agua, seguridad pública, etc. En una ciudad bien planeada, con obras importantes de infraestructura pensadas a largo plazo, con parques públicos para los leoneses y con un nuevo impulso económico que promovió la industria del calzado, pero que la trascendió para que León entrara al siglo XXI como una ciudad comercial, turística y de servicios, con el fin de diversificar su estructura económica. El éxito económico de León es impresionante.


No obstante sus logros, el futuro político de Elíseo al final de su periodo era incierto, evidentemente no podía buscar la reelección como alcalde, porque el artículo 115 constitucional (en su versión priísta) se lo prohibía. En esa época se habló de que sería el candidato a gobernador o a diputado, senador, etc. Sin embargo, es muy posible, que si no hubiera una prohibición constitucional para buscar la reelección inmediata, Elíseo Martínez hubiera buscado quedarse como Alcalde de León y (aunque el hubiera es un verbo que en política no existe) es muy posible que los leoneses lo hubieran reelecto para otros tres años por su magnifico desempeño.


Al terminar su periodo, Elíseo regresó a su empresa de calzado (por lo que se, con bastante éxito) y cuando terminó el periodo de gobierno de Vicente Fox en la gubernatura, fue precandiato del PAN, pero perdió en una elección interna muy discutida contra Juan Carlos Romero Hicks, que había sido rector de la Universidad de Guanajuato. Elíseo Martínez, acabó peleado con el PAN y salió de ese partido. Después, como resultado de esas pugnas, buscó otros cargos de elección, por otros partidos, pero en la memoria de muchos leoneses sus logros desaparecieron frente a los conflictos y rencores políticos que provocó al buscar apoyo en otras fuerzas políticas. Se perdió un gran Alcalde y se ganó un mal político, todo porque Elíseo no se pudo reelegir. ¿Qué hubiera pasado con Elíseo si no se prohibiera la reelección inmediata de alcaldes? quizás hubiera durado seis o nueve años en el cargo, con grandes éxitos y experiencia y quizás después se hubiera retirado a la vida privada con un gran prestigio y cariño popular. Y quizás, nunca hubiera aspirado a ser gobernador, porque, la posibilidad de la reelección hubiera impedido que la alcaldía fuera un trampolín para nuevos cargos, sino una aspiración por sí misma, quizás, como dijo alguna vez Lawrence J. Peter, Elíseo habría llegado a su nivel de incompetencia. Buenos alcaldes no hacen necesariamente buenos gobernadores, pero alcaldes que no se pueden reelegir, buscan otros espacios políticos, donde posiblemente no tienen la competencia para desempeñarlos adecuadamente.


Por otro lado, la Delegación de Iztapalapa, ha sido desde hace algunos trienios, un bastión de la izquierda, de donde obtiene una buena tajada de los votos que acumula a nivel nacional. Sin embargo, cada tres años debe presentar a un nuevo candidato para conservar el gobierno delegacional, por las mismas razones que Elíseo no puedo mantenerse como Alcalde de León; no se permite la reelección inmediata de los delegados.


En este contexto, el pleito interno del PRD, impidió un candidato unificado de todas sus corrientes internas y esto dejó fuera a Clara Brugada, cuya candidatura por el PRD fue invalidada. En este contexto, la historia es conocida, AMLO apoyó al candidato del PT "Juanito" bajo la premisa de que renunciaría una vez en el poder en favor de Clara Brugada, para que esta dirigiera la Delegación los próximos tres años.


Nadie respeto los acuerdos y hoy Iztapalapa, tiene enfrente la perspectiva del desorden político y el enfrentamiento. TODO POR LA AUSENCIA DE LA REELECCIÓN.


El anterior Delegado de Iztapalapa, o el anterior, o el anterior, pudieron haber hecho un buen trabajo, es difícil decirlo, pero si hubieran tenido el incentivo de poderse reelegir, habrían buscado hacer un buen trabajo, se profesionalizarían y se olvidarían de usar el puesto de Delegado como un trampolín para otro puesto, y otro puesto, y otro puesto. Ser Delegado o Alcalde, podría ser una carrera política por si misma y serenaría los ímpetus de quienes sólo están pensando "hacer cola" para ver cuando les toca.


El drama de Elíseo o el de Juanito, no pasaría de ser anecdótico, sino fuera porque el desorden urbano de las ciudades en México, la ausencia de parques y proyectos de desarrollo económico y convivencia social, la debilidad fiscal de los municipios y la corrupción que impera en muchos de ellos, están muy relacionados con la falta de profesionalismo y de continuidad de los gobierno municipales, con la estúpida idea de que "hay que reciclar a las elites" y debido a ello mantener permanentemente a los gobiernos más cercanos a la gente en el "amateurismo" y el desorden.


¿Cuánto le cuesta a México que no haya reelección de Alcaldes?


La típica ciudad mexicana, está conformada por zonas de clase alta y media alta, bien urbanizadas y con servicios, la gente de este nivel social va a escuelas privadas (porque las públicas no les convencen) y a clínicas y hospitales privados (por la misma razón) y tienen en sus colonias policías privados que los cuidan. Estas colonias conviven, en todo el país, con barrios de clase baja, sin orden urbano, ni servicios, con escuelas públicas donde los niños van apenas cuatro horas a la escuela, con servicios de salud cuya calidad podría mejorarse mucho y con graves problemas de inseguridad, que van desde el narcomenudeo hasta la violencia sexual. Dos naciones conviviendo en el mismo territorio.


¿A poco creen, amables lectores, que cualquier alcalde, puede resolver estos problemas en tres años?


La democracia y el bienestar se construyen desde los niveles más básicos de gobierno, sin reelección, la sociedad pierde a sus mejores líderes (Elíseo) a un costo social muy alto y permite que "haciendo cola" lleguen alcaldes mediocres (Juanito) y corruptos a dirigir los destinos de millones de gentes esperanzadas en un buen gobierno.


¡Que débil es un alcalde cuyo proyecto de gobierno tiene un horizonte de sólo tres años!


México necesita alcaldes con poder y horizonte para empezar a  resolver los problemas desde los niveles más básicos de gobierno.

martes, 24 de noviembre de 2009

2010; Fundar la Libertad

Por Bernardo María León

En su ensayo “Sobre la Revolución” Hannah Arendt, (filósofa judía alemana que dejó su país a la llegada de Hitler al poder) observa que “las revoluciones”, más allá de todas sus justificaciones ideológicas, “nunca han abandonado la causa más antigua de todas, aquella que desde el principio de nuestra historia ha determinado la existencia de la política, es decir, la causa de la libertad frente a la tiranía.” En otras palabras, el objeto de toda revolución, no es solamente cambiar o destruir el estado de cosas en que vive una sociedad, sino fundar la libertad.

México ha sido un país que a lo largo de su historia como país independiente (como nación en 2021, cumpliremos 500 años de La Conquista concluida el 13 de agosto de 1521) ha vivido muchas guerras con objetivos revolucionarios, sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la fundación de la libertad ha quedado pendiente. En 1821 una vez concluida la Revolución de Independencia, los intentos absolutistas de Iturbide anularon la posibilidad de una monarquía constitucional, posteriormente, las luchas entre centralistas y federalistas, conservadores y liberales, monárquicos y republicanos impidieron la paz y el progreso, pero sobre todo la libertad que da la civilización como orden social.

Hasta el último tercio del siglo XIX, cuando a la derrota de los conservadores y de los monárquicos, se restauró la república y comenzó un periodo de relativa libertad, que se veía interrumpida, por la dificultad de institucionalizar un gobierno de leyes (de equilibrio de poderes que limite la tiranía) que fuera superior al poder de los caudillos, la cuestión la concluyó Porfirio Díaz, institucionalizando su persona por encima de las leyes y sus instituciones. No se fundó la libertad.

De igual manera, la llamada Revolución Institucionalizada, con su Partido Hegemónico, su corporativismo y su ideología “revolucionaria”, se quedó al margen de fundar la libertad y en muchos casos hizo retroceder ciertas instituciones a etapas anteriores a la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma. Igual, no se fundó la libertad.

En el México contemporáneo, el fin del Partido Hegemónico y la alternancia de partidos en el poder, ha brillado por la ausencia de una reforma política (que debió haber sido el primer objetivo de la transición y no el último) y ha dejado espacios vacíos de poder que, siguiendo impulsos coloniales y corporativos, ha intentado llenar la llamada partidocracia (este sistema político que centra el ejercicio de la vida pública en tres burocracias verticales y cerradas que inhiben el ejercicio de la ciudadanía y disfrutan de increíbles privilegios), y que en la práctica ha paralizado la creación de un nuevo régimen político, que permita a los mexicanos vivir con dignidad, más allá del consumismo que los despersonaliza y los enajena, transformando una ciudadanía activa, participativa e idealista, en una ciudadanía cínica que paulatinamente abandona el sueño de intervenir en la vida pública y de construir el bien común y se concentra en la lucha por sobrevivir.

Ignoro, si los esfuerzos por impedir la reforma política en México, se hacen como una tácita de conspiración para repartirse los privilegios del poder, gane quien gane, pierda quien pierda, porque siempre habrá una tajada (plurinominal) para cada burocracia, o es simplemente la inercia, la desidia y la negligencia de la clase política que por su horizonte de tres o seis años, está impedida para tener una visión moral y política de más largo plazo.

El peligro de aplazar más esta reforma puede causar un daño moral muy grande a la sociedad, que como dijera Václav Havel frente a la Caída del “Socialismo con Rostro Humano” en el 68 Checoslovaco; “Al final, en sustitución de la libre participación en las decisiones económicas, una intervención amplia en la vida política y un desarrollo espiritual libre, tan sólo se ofrece al ser humano la posibilidad de decidir libremente el modelo de frigorífico o de lavadora que se comprará”. Así, “el choque tras la caída del último ideal solamente podría desembocar en una modorra y un marasmo moral tales que, posiblemente, no nos recuperaríamos durante una generación entera”.

A 100 años de la Revolución, es imperativo recuperar el idealismo y la fuerza moral que logró derrotar al PRI e iniciar el tránsito a un sistema democrático, para no repetir los ciclos perversos de la historia de México, de idealismo y esperanza, por cinismo y decepción. ¿Qué le pasó a los grandes ideales de la Independencia, de la Reforma, de la Revolución? ¿Qué le pasará a los grandes ideales de la transición democrática?

Básicamente hacer la reforma política es abrir el sistema político y transformar la nefasta partidocracia, en una democracia abierta. ¿Cómo? No me cansaré de repetirlo, con algunas medidas esenciales y urgentes;

a) Obligando a la clase política a la rendición de cuentas, eliminando la prohibición de la reelección inmediata de legisladores y alcaldes.

b) Eliminando la representación proporcional (los plurinominales).

c) Permitiendo las candidaturas independientes.

d) Permitiendo que para ser funcionario (no electo), se respete y amplíe el Servicio Profesional de Carrera garantizando el derecho de que cualquiera pueda ingresar al Servicio, aunque no sea compadre, amigo, pariente, sino por su competencia y en igualdad de oportunidades con el resto de los mexicanos. Lo que tendrá el beneficio adicional de restringir las posibilidades de corrupción y permitirá crear una Administración Pública eficiente, efectiva y eficaz.

e) Garantizando la independencia de los jueces y ministerios públicos, federal y de los estados, no sólo de los otros poderes, sino también de sus propias jerarquías y burocracias, para que puedan actuar y ser auditados por su desempeño y no por sus lealtades; y

f) Construir una auditoria independiente del gobierno que realmente luche contra la corrupción y transparente la rendición de cuentas.

De esta manera, controlaríamos a la clase política autocrática, origen de la decepción ciudadana y reactivaríamos los ideales de la transición que no buscaban en palabras del Maquío Clouthier, “cambiar de amo, sino dejar de ser perros”.

Fundar la libertad, ni más, ni menos.

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Bernardo León-Olea @bernardomariale En las elecciones de 1936 Franklin D. Roosevelt y el partido demócrata ganaron la mayoría calificada en ...