miércoles, 28 de mayo de 2014

Memorias de Los Pinos II: Antecedentes

LUCHAR POR DERROCAR AL PRI: PANISMO, SINARQUISMO O SOCIALISMO

Mi padre, nunca fue político, ni aspiró nunca al poder, toda su vida litigó como abogado en materia fiscal y de eso mantuvo a una familia de 12 hijos. Pase toda mi niñez en la colonia San Jerónimo Lídice, en el DF, mi vecino, el entonces Secretario de Gobernación, Luís Echeverría se convertiría en Presidente de la República y muchos funcionarios se fueron a vivir al antiguo pueblo zapatista de San Jerónimo Lídice, muy probablemente para estar cerca del poder. Apenas a unas casas se mudó Fernando Gutiérrez Barrios, del otro lado vivía Porfirio Muñoz Ledo, más abajo Sergio García Ramírez, Enrique Álvarez del Castillo y otros más que no recuerdo, pero muchos funcionarios vivían en esa zona y el ambiente del pueblo estaba, por decirlo así, muy politizado. También estaba lleno de hijos de políticos que no tenían pena de mostrar sus casas y coches importados (en una época en la que las fronteras estaban cerradas) que circulaban por las estrechas calles del pueblo. Los rumores que corrían sobre las tropelías de los “juniors” se comentaban en la intimidad familiar y uno vivía con el miedo de que no se cruzara uno de ellos en tu camino.

Siendo niño, no tenía ninguna conciencia de lo que pasaba durante el sexenio del Presidente Echeverría, pero recuerdo haber escuchado, las amargas quejas de mi padre y sus amigos, en las reuniones familiares por la corrupción y la represión del gobierno. También recuerdo, que el día de su último informe de gobierno, Echeverría había devaluado la moneda y mi padre estaba sumamente indignado, por eso y por el hecho de que muchos de sus amigos (algunos eran diputados y otros funcionarios) estaban aplaudiendo la medida en la Cámara de Diputados. (altavoces en la comercial mexicana)

Unos días después del informe, apareció Echeverría caminando por mi calle con una pequeña comitiva, cuando mi padre lo vio, lo bajo a saludar muy amablemente y lo invitó a pasar a la casa. Sorprendentemente el Presidente aceptó y con toda su comitiva entraron a mi casa. En mi fuero interno (de un niño de 10 años) no entendía porqué si apenas hace unos días había sido ese señor y su comitiva objeto de una crítica muy agria por parte de mi padre, ahora los trataba con tanta deferencia. Sin embargo, el momento se me hizo bastante entretenido – ¡no todos los días iba el Presidente de la República a tu casa!

La visita fue interesante, pero la anécdota vino de mi sobrino Guillermo, que estrenaba una cámara de fotos y le gritaba con desenfado al Presidente – ¡Echeverría, Echeverría! y cuando volteaba el Presidente disparaba su cámara. De pronto el Presidente le dijo – préstame tu cámara y ahora yo te tomo una foto, sin embargo mi sobrino se negó y argumento – ¡no porque me la robas! Echeverría se rió y comentó – ¡qué fama tengo! No recuerdo que pasó después pero creo que todos se rieron del asunto sin mucho entusiasmo.

Mi primer encuentro con un Presidente de la República, fue interesante y dos cosas se me quedaron muy grabadas, por un lado la sensación del poder tan enorme que tenía un Presidente (y eso que ya era el final del sexenio), daba la impresión de que podía hacer lo que quisiera con sólo manifestar su voluntad y todos sus colaboradores servilmente se reían de sus chistes (aunque no fueran graciosos) y le festejaban todo lo que decía, como si Jesús hubiera relatado una parábola. Por otro lado, el hecho de que esos monstruos que había sido objeto de críticas tan agrias parecían bastante humanos, incluso uno de ellos – Rubén Figueroa que era gobernador de Guerrero – resultó tío de mi madre.

Unos días más tarde, cuando Echeverría entregó el poder a su sucesor, mucha gente de San Jerónimo, lo fue a recibir a su casa, llevaron mariachis y una gran fiesta, yo acompañe a mi padre a saludarlo, una especie de besamanos y cuando fue su turno, Echeverría sólo le dijo “¡híjole!”, cuando le pregunté porque lo había ido a saludar, si no había sido un buen Presidente, me contesto – ¡por caridad cristiana! Nunca hasta después de trabajar en el sexenio de Fox, entendí lo que me decía.

Otro día, fui con mi padre a cenar a un restaurante de la zona rosa, que entonces era un lugar de cultura, de galerías, de librerías  y de artistas (no la zona roja en que se ha convertido ahora). Ahora se, que era un restaurante muy caro, habíamos saludado a Alfredo del Mazo que unos años después sería Gobernador del Estado de México, y yo empezaba a percibir, incipientemente, lo que era el poder y la política y todo lo que se podía hacer desde los puestos públicos, además de la deferencia y respeto con que te trataba todo mundo (en mi inocente cabeza de entonces no entendía de hipocresías y conveniencias), sin embargo, al salir del restaurante, había una pobre mujer con su hijo – un bebé de brazos – llorando sin parar, sentada en el piso de la calle, pidiendo limosna para alimentarlo. Cuando ví a la mujer, todo el glamour de la política y el poder desaparecieron, me sentí muy miserable, por esa mujer y me preguntaba –quizás de manera muy primaria e inocente – porqué, los políticos que había conocido, con tanto poder y dinero que tenían no podían ayudar a esta gente tan desprotegida, porqué al mismo tiempo, yo salía con el estómago lleno de un restaurante muy caro, donde había políticos y empresarios, a penas unos metros afuera había alguien que no podía darle de comer a su hijo.


Para terminar la noche, cuando íbamos de regreso a nuestra casa de San Jerónimo, pudimos ver a un hombre tirado en la calle, completamente borracho, golpeado, todo vomitado y semi inconciente. Mi padre, se detuvo y contra las protestas y el asco – debo confesar – de todos los que íbamos con él, subió al señor al coche y lo llevó a la casa, ahí lo baño, lo vistió, lo dejo dormir en un cuarto y a la mañana siguiente le dio de desayunar. Ambas escenas me conmovieron profundamente y las contrastaba con el poder, ¿cuál era la relación entre la política y estas cosas que había visto? ¿tenían alguna relación o eran dos cosas distintas? En verdad no lo sabía, desde la visita del Presidente a mi casa mi infantil cabeza estaba llena de cuestionamientos.

1 comentario:

  1. Buenísimo, Masters de Masters!!!!!! Felicidades.
    Nomás habrá que subirle un par de puntitos a la letra pa los que andamos ciegos, jaja
    Gran abrazo y seguiremos de cerca...

    ResponderBorrar

¡SENADORES DE MORENA VOTEN EN CONTRA! El Intento de Roosevelt de Destruir la Corte y cómo los Salvaron los Senadores de su Partido

Bernardo León-Olea @bernardomariale En las elecciones de 1936 Franklin D. Roosevelt y el partido demócrata ganaron la mayoría calificada en ...