lunes, 18 de agosto de 2014

Memorias de Los Pinos XIX: El Error de Diciembre y Los Miércoles Ciudadanos

El 1 de Diciembre de 1994, Salinas le entregó el poder a Zedillo, viendo la ceremonia en la televisión, pensaba que a pesar de los enormes logros de Salinas, de alguna manera se acababa la larga y obscura noche de la ilegitimidad de Salinas, pero sin dar tregua, pensaba que Zedillo, también había ganado en unas elecciones donde los competidores no estaban en igualdad de circunstancias. No habría democracia, pensaba, hasta que el PRI no pierda las elecciones, haya alternancia y se demuestre que el pueblo, a través de las urnas pone a sus gobernantes, lo que permitirá que opere la división y el equilibrio y contrapeso entre los poderes y las instituciones, evitando la impunidad que da la concentración del poder en el presidente y los privilegios de quienes pertenecen a la clase política o son sus aliados. – Zedillo tenía que ser el último Presidente priísta – me propuse.

Observando el cambio de poderes, asumía que Zedillo sería la continuidad de Salinas, aunque se hablaba del intento de Salinas por buscar la reelección en el 2000, me parecía producto de la imaginación de los comentaristas que se la pasan inventando teorías de la conspiración – me equivoque por supuesto – así que de alguna manera, a pesar de todo, me entusiasmaba que Zedillo profundizara los cambios económicos de Salinas, para que la democracia llegara como una fruta madura, con menor pobreza y mayor bienestar económico para los mexicanos. De alguna manera, todo viento en popa.

Bajo esta hipótesis – super autocomplaciente – se planeaba el futuro del municipio de León. Invitado por Ramón para participar en la elaboración del plan de gobierno, se pensaba hacer más obra pública, promover el desarrollo económico y social, más parques y jardines, etc., en suma lograr que León fuera la primer ciudad de México en llegar a primer mundo. En eso estábamos, cuando el 20 de diciembre, en una conferencia de prensa desde la Secretaría de Hacienda, Jaime Serra Puche, a la sazón recién nombrado Secretario de Hacienda, anunció que se ampliaría la banda de flotación cambiaría, es decir, se devaluaría la moneda. El gobierno municipal estaba a unos días de tomar posesión y los planes estaban hechos para una situación de estabilidad y crecimiento económico, no para una crisis económica que nadie consideraba posible.


Unos días después, ante la brutal fuga de capitales, que provocó el anuncio de Serra Puche, el gobierno anunció que el peso se cotizaría libremente “flotaría” se dijo, y se devaluó la moneda, para el 1 de Enero de 1995, cuando Luís Quirós tomaría posesión, el peso se había devaluado más del 100% y las tasas de interés bancarias  se disparaban hasta más del 100% aumentando las deudas de las empresas y las hipotecarias a niveles impagables. Como en la época de Miguel de la Madrid. No podía creer la pesadilla que estábamos viviendo, toda mi vida, desde que tengo uso de razón mi país había vivido en crisis económica. ¿Cómo se escribiría la historia económica de mi generación? ¿Qué futuro le ofrecería a mi familia?

Una de las cosas que me había convencido de la bondad de las reformas salinistas, había sido el hecho dada la privatización de la banca y la reducción de las tazas de interés, los bancos nuevamente estaban prestando dinero a empresas y familias y era interesante ver como en León, se multiplicaban los fraccionamientos y los condominios en venta con créditos bancarios. Muchos familiares y amigos y vecinos míos, habían pedido un crédito fundamentalmente, para comprarse una casa y a pesar de los, todavía, altos intereses, al menos estaban pagando algo que un día sería completamente suyo y dejarían de rentar o podrían aspirar a una casa mejor, comprada con crédito, ya que era imposible hacerlo al contado.

Mi vecino de departamento, era un vendedor de seguros como de 50 años, que toda su vida había rentado su vivienda y durante el salinato, después de ahorrar durante toda su vida 100 mil pesos (a 3.50 cada dólar) había conseguido un crédito para comprar su departamento (que estaba frente al mío, que yo rentaba) cuyo valor alcanzaba los 250 mil pesos de esa época. Mi vecino había adelantado sus 100 mil pesos y pagaba cada mes una hipoteca adecuada a sus ingresos medios, quizás unos mil quinientos o dos mil pesos. Sin embargo, cuando llegó la devaluación de Zedillo y el tristemente célebre “error de diciembre” la hipoteca mensual de mi vecino subió, junto con las tasas de interés, a un nivel superior a sus ingresos, de tal manera que no pudo pagar y se convirtió en deudor moroso. Después de dejar de pagar varios meses (en la medida que las tasas de interés subían y subían), el banco empezó a amenazarlo con sacarlo de su casa y recurrir a la vía judicial, además de que la deuda seguía creciendo. Así que un día agobiado por las presiones. “Yo soy hombre de paz y no me gustan los pleitos, ni quiero ir a la cárcel” – me dijo un día. Así que le devolvió el departamento al banco, se fue a rentar – nuevamente – otro en una zona más barata de la ciudad y perdió los ahorros de toda su vida. 

 Lo mismo le pasó a otros que habían pedido créditos para sus empresas y negocios, que dejaron en paro a miles de trabajadores y las ventas al medio mayoreo y menudeo (de lo que vivía León) se desplomaron, la gente sin trabajo dejó de consumir y las empresas vieron caer sus ventas tanto que despidieron a los trabajadores y en muchísimos casos de plano quebraron sin poder pagar sus deudas. Evidentemente, los bancos también quebraron. Algunos, los que fueron más pacientes y aguantaron las presiones (un amigo tenía un machete en la entrada de su casa, “para usarlo si alguien se atreve a desalojarme) se beneficiaron un poco de los programas de rescate bancario, sin embargo, muchos perdieron empresas y patrimonios que habían acumulado durante toda su vida.

Por mi parte, me sentía terriblemente desilusionado, estaba seguro de que el primer mundo estaba al alcance de la mano, me sentía muy humillado y enojado ¡es increíble que los priístas hagan lo que quieran con la clase media en México y la gente siga votando por ellos! No podía estar más furioso ¡toda mi vida ha habido crisis económica porque los políticos son unos corruptos! ¿Quién es responsable de esta crisis? y ¿quién va a responsabilizarse de ella? NADIE ¡Esto se tiene que acabar ya!


 Mientras me revolvía en mi coraje, la situación en León se complicaba, siendo una ciudad donde se fabrica cuero y zapato, las deudas y la caída de las ventas había dejado cesante a miles de personas, además los negocios que vivían del consumo de la clase media quebraban uno tras otro. Un día Ramón me llamó para invitarme a trabajar con él en la Administración Municipal, Luís Quirós lo había ratificado como director de Planeación y Desarrollo y había quedado vacante el puesto de coordinador de proyectos, lo que acepté con gusto, sería una oportunidad excelente para innovar e influir, la transición democrática partiría sin duda desde el municipio.


Más allá de reflexiones filosóficas o de lo que dictaba el coraje acumulado contra la corrupción y la ineptitud de los gobiernos priístas, la situación en León era muy compleja y el municipio debía dar respuestas concretas. Así, se diseñaron programas emergentes de empleo temporal, para darle a los trabajadores una pequeña ayuda económica a cambio de hacer algún trabajo para el municipio. Por otro lado, Ramón diseñó los famosos “Miércoles Ciudadanos” que era un mecanismo directo de trato entre el ciudadano, el alcalde y los funcionarios de primer nivel. 

La idea era que los Miércoles, el Alcalde y sus directores de primer nivel, bajarían sus escritorios al patio del Palacio Municipal y atenderían directamente a la gente, resolviendo de manera más expedita sus peticiones. Sin embargo, el primer Miércoles Ciudadano, el PRI municipal difundió el rumor – obviamente falso – de que en el Miércoles Ciudadano, se repartirían despensas, por lo que miles de personas, desempleadas y muy golpeadas por la crisis llegaron al Palacio Municipal solicitando su despensa. Cuando nos dimos cuenta del asunto había más de 700 personas formadas y evidentemente, no había una sola despensa, de tal manera que se decidió, que les diéramos un vale con valor de una despensa, para que las fueran a recoger unos días después, dándonos tiempo de prepararlas. De manera emergente hicimos muchos “vales” y me puse enfrente de una enorme fila de personas, a quienes les daba un “vale” y les advertía que era un apoyo de una sola vez y que no se repetiría la semana siguiente. No podía creer los que hacía el PRI, además de causar una gravísima crisis económica, querían seguir lucrando políticamente con los efectos de la crisis que ellos mismos habían provocado.

Al final del día, el Miércoles Ciudadano, fue un éxito, mucha gente fue atendida directamente por el Alcalde, o alguno de sus directores quienes resolvieron, destrabaron o simplemente escucharon las quejas de los ciudadanos de manera directa. Desgraciadamente la mayor parte de la gente pidió un empleo, cosa que no se pudo resolver, sin embargo, el programa de empleo temporal y el desarrollo económico de León permitieron hacer una bolsa de trabajo que en el tiempo lograría colocar a muchos trabajadores en empresas o ayudaría que establecieran un micronegocio. 

Por la tarde, estábamos satisfechos, aunque preocupados; las anécdotas se sucedían, una persona le dijo al Alcalde que sólo le iba a decir que se iba a suicidar, porque había perdido todo con la crisis y no tenía para mantener a su familia, en mi caso mucha gente de la fila de las despensas, me decían que porque les iban a entregar las despensas uno o dos días después sino tenían para comer ese día. Excepto para los políticos y grandes empresarios a quienes se les avisó de la inminente devaluación y pudieron cambiar sus dólares, todas las clases estaban sufriendo muchísimo por la crisis. Me dolía mucho que mi vecino perdiera el patrimonio de toda su vida, por que no aguantaba las presiones del banco, era una excelente persona, muy trabajadora y muy amable, pero no tenía manera de ayudarlo. No tenía la impresión de que los burócratas de Hacienda, más allá de sus gráficas y ecuaciones, entendieran el dolor humano que estaban causando.


La operación del Miércoles Ciudadano, duró los tres años de la administración y – según entiendo – continua hasta la fecha, no sólo en León sino en muchísimos municipios del país, sin embargo, como Coordinador de Proyectos sólo participé en uno o dos Miércoles más y después Ramón me pidió que me dedicara a innovar proyectos de buen valor agregado para el municipio. Pasé varios días revisando la legislación, las finanzas y en general, la situación del municipio, para poder generar alguna idea innovadora, sin embargo, me daba cuenta que el municipio estaba estructuralmente muy limitado para ofrecerle más bienes públicos a los ciudadanos. En otras palabras, León había desarrollado una buena administración pública, sin embargo, todo se podía perder, si en alguna elección ganaba otro partido o incluso si ganando el mismo partido, el Alcalde le daba otro sesgo a la administración, es decir, en León era necesario no sólo desarrollar la eficacia de la administración, sino empezar a ver hacia fuera y promover cambios estructurales para ampliar la dimensión y el margen de acción de la administración municipal.

En México, los municipios tienen muchísimas limitaciones, en primer lugar, el artículo 115 Constitucional, no distingue entre municipios rurales, urbanos, mixtos, conurbados, etc., por lo que obliga a todos a organizarse de la misma manera, por lo que esa estructura es muy limitada para algunos municipios urbanos y exagerada para otros municipios rurales (en Guanajuato había un municipio que tenía más de 600 comunidades), en segundo lugar, los miembros del Ayuntamiento, son electos por lista y no representan una colonia o una comunidad en específico, así que son designados según la “grilla” que hayan hecho en su partido y es muy baja o nula la representatividad que tienen. En tercer lugar, ni Alcalde, ni los regidores o síndicos, podían ser reelectos para el periodo inmediato, de tal manera que cada tres años los partidos improvisan líderes para que los gobiernen en muchos casos sin ninguna experiencia y por lo mismo los planes y programas de obra y desarrollo tienen una visión muy corta, el desorden urbano de las ciudades de México se le debe en gran parte a esta limitación constitucional. 


Adicionalmente, en la medida que los miembros del ayuntamiento duran sólo tres años, el "amiguísimo" y el “compadrazgo” son muy comunes, los Alcaldes, Síndicos y Regidores reciben cuotas de “amiguismo” para darle “chamba” o alguna prebenda a sus amigos o socios, políticos  o de negocios, y en muchos municipios se desarrolla una “política de saqueo” básicamente, porque independientemente de su buena o mala actuación, se van a ir en tres años. La ausencia de un servicio profesional de carrera, permite que la gerencia pública municipal sea amateur, mal preparada y por lo mismo, en muchos casos, extremadamente corrupta.

En este contexto, sin funcionarios profesionalizados, no tienen la infraestructura jurídica, administrativa ni técnica para recaudar impuestos eficazmente y dependen casi en su totalidad de las participaciones y de los programas federales y estatales, lo que en la práctica limita su autonomía. A mediados de los noventa, de cada peso recaudado menos de cuatro centavos eran para los municipios y su margen de actuación se limitaba a pagar sueldos y a hacer pequeñas obras en diferentes partes del municipio o a hacer obras de “relumbrón” muchas veces innecesarias, para fortalecer la imagen del Alcalde en turno. Por si fuera poco, su capacidad de endeudamiento está limitada, por lo corto del periodo municipal ya que ningún alcalde quiere heredar deudas del anterior y limitar su capacidad de hacer obra y porque no tienen en muchas ocasiones los funcionarios, expertos en finanzas que puedan manejar correctamente los ingresos y egresos municipales.


En suma, después de revisar la situación del municipio de León, me di cuenta que la debilidad estructural de las administraciones municipales, impide que desarrollen proyectos de mayor alcance y ofrezcan servicios municipales de calidad ya sea en la seguridad pública, como en la urbanización o el desarrollo económico y social. Sabiendo esto, me preocupaba, que reformar al municipio, no se podía hacer desde el municipio, sino que había que pelear en el Congreso del Estado y en el Constituyente Permanente, para que se eliminaran las restricciones estructurales que impedían que la administración municipal de León y en general la de todos los municipios se desarrollaran plenamente. 

Pensando en esto desarrollé un proyecto para el Alcalde, que estructuraba una estrategia de cabildeo a nivel estatal y nacional con el fin de lograr que se modificara el artículo 115 Constitucional, la Ley Orgánica Municipal para el Estado de Guanajuato, se creara la Ley del Servicio Profesional de Carrera para los Municipios de Guanajuato y se modificara la Ley de Deuda Pública del Estado, de tal manera que el municipio saliera de su encierro, para modificar a nivel nacional y estatal, las causas de su atraso y así aportar como nivel básico de gobierno, su contribución al desarrollo del país.



Trabajé muchos días en el proyecto, una vez concluido se lo llevé a Ramón para su aprobación o modificación, sin embargo, no me hizo mucho caso. En esos días, una vez que Salinas había dejado el poder, el gobernador Carlos Medina y el Congreso del Estado acordaron convocar a las elecciones, largamente esperadas para gobernador, el interinato de Medina se había alargado lo suficiente para impedir que Salinas y Fox se cruzaran en el camino sin embargo, ya no había restricciones para regularizar el gobierno de Guanajuato. 



Cuando se convocó a elecciones Fox salió de su huelga política (que nunca fue tal) y el PAN lo postuló como candidato obvio a la gubernatura (pese a que se rumoreaba y Adolfo Aguilar Zínser lo confirmó en su libro “Vamos a Ganar” que Fox había estado dispuesto a apoyar a Cárdenas en el 94 – y no a Diego – a cambio de la Secretaría de Agricultura, sin embargo, el desempeño de Diego en el debate hizo a Fox cambiar de opinión y permaneciera en el PAN). 

Fox a su vez, nombró como coordinador de campaña a Fermín Salcedo, que no era muy bien visto por ciertos miembros de la cúpula del PAN, debido a algunos artículos periodísticos muy críticos en contra de Medina y el gobierno panista, así que Fox pidió que le sugirieran a otra persona con capacidad y que el PAN aceptara, así que propusieron a Ramón Muñoz. Al principio, Ramón aceptó el cargo, sin embargo, señaló que sería de tiempo parcial porque quería cumplir su compromiso en León, pero evidentemente, esto fue imposible y eventualmente se integró a la campaña de tiempo completo, por eso no pudo ver el proyecto de cabildeo municipal que había preparado. Sin embargo, me pidió que le ayudara trabajando varias partes de la plataforma política que utilizaría Fox en su campaña y así lo hice, para mi frustración, el proyecto de cabildeo municipal, quedaría para mejor ocasión.

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