domingo, 10 de agosto de 2014

Memoria de Los Pinos XVIII: No todo lo que brilla es Oro

En otro plano, en Guanajuato, después de las elecciones de julio, se celebrarían elecciones para Presidentes Municipales en diciembre. En julio, a la par de las elecciones federales, se habían elegido diputados locales y el PAN había sufrido una derrota tan espectacular como bochornosa, la primera elección después de la llamada “concertacesión” de 1991, donde el PAN que gobernaba Guanajuato, debía haber demostrado su fuerza y justificado la caída de Ramón Aguirre, fue un fracaso, el PAN perdió 12 de 13 distritos federales y 17 de 18 distritos locales.

Después de la abrumadora derrota de agosto, decidí acercarme a las campañas de alcaldes y cooperar con el PAN para que no se fuera a perder la Presidencia Municipal de León que había sido un gobierno excelente. Le llamé a Ramón Muñoz para ofrecerle mi apoyo (el coordinaría en la práctica la campaña del PAN en León) y me citó un día en su oficina. Me invitó a la campaña y me pidió que participara ayudando a elaborar la plataforma política, es decir, el programa de acción. En ese momento todavía no se definían los candidatos que postularía Acción Nacional y estaban en el proceso de decidirlo, sin embargo, para mi sorpresa había una verdadera guerra por obtener las candidaturas, especialmente en los lugares en los que el PAN pensaba ganar.

Después de los resultados de agosto, no entendía como era posible que después del movimiento de 1991 que había llevado a Medina al gobierno y de sus buenos resultados como gobierno, había recibido semejante castigo electoral. 

En 1991, el PAN con la ola Fox, había ganado en 12 municipios, sin embargo, muchos de los candidatos o eran panistas de última hora, es decir, no llevaban mucho tiempo militando sino que habían salido de las filas civiles o empresariales o eran del grupo panista contrario a algunos de sus regidores o del Comité Municipal del PAN. Las relaciones entre los panistas ya sea el alcalde, los regidores o el líder municipal del PAN se habían tensado en casi todos los municipios, por un lado había diferencia de criterios, por otro intereses (a veces no muy santos) contrapuestos y muchos panistas se consideraban con prebendas que el alcalde (de su mismo partido) no estaba dispuesto a darles. 
El Costo de la Honestidad

Adicionalmente, algunos alcaldes se tomaron muy en serio su papel y eliminaron la corrupción, se decidieron a cobrar impuestos y multas y desecharon el amiguismo y las recomendaciones de personas por parte del partido en los puestos públicos, lo que paradójicamente irritó a muchos panistas que pensaban que al triunfo del partido en el municipio les correspondería un empleo bien pagado o una prebenda del Alcalde o un privilegio por su militancia. 

Ahora muchos panistas querían comportarse como los priístas hacían en el pasado. Así, algunos alcaldes del PAN, celosos de su honradez y consecuentes con el discurso del PAN de hacer gobiernos sin privilegios, tuvieron logros importantes, pero se enfrentaron a sus propios compañeros negándoles privilegios, condonaciones de multas o impuestos, provocando una severa división al interior del partido y reclamos de la ciudadanía que estaba acostumbrada, en el nivel municipal, a gobiernos bonachones, paternalistas y laxos en el cumplimientos de reglamentos.

Todo esto operó en beneficio del PRI, además de la fuerza y el dinero de las campañas federales de Zedillo, el programa de Solidaridad que convirtió su estructura, prácticamente, en comités de campaña y los problemas de organización en las campañas del PAN. En este contexto, la prioridad era salvar la plaza en León que era una especie de barco insignia del PAN a nivel nacional, cosa que no resultó nada fácil. Sin embargo, a pesar de los problemas para conseguir un candidato para León que no provocara una ruptura de consecuencias catastróficas y de los problemas para implementar la campaña, muchos candidatos del PAN, se acercaron a la campaña de León para copiar sus estrategias y su propaganda. 

Un día mientras el publicista de la campaña exponía su estrategia, llegó una mujer menudita, con una vocecita aflautada, que comentaba en voz alta lo atinado que le parecían cada una de las estrategias que anunciaba el publicista, me preguntaba quien era esa mujer, cuando de pronto el candidato del PAN Luís Quirós, tomó la palabra y presentó a esa mujer explicando que era la candidata del partido a presidenta municipal de Celaya, su nombre era Marta Sahún Jiménez.

La verdad no le puse mucha atención, de hecho me pareció que iba a ser muy difícil que ganara la elección, parecía tan frágil y tan señora de sociedad, que no la imaginaba haciendo campaña en las colonias o enfrentándose a los problemas de drogadicción que había en esa ciudad. Sin embargo, me llamó la atención que no parecía preocuparle las limitaciones que pudiera tener, ella estaba muy enfocada a su campaña y con la energía para llevarla a cabo. 

Después de desearle suerte, me olvide del asunto y me enfoque en la Alcaldía de León. La campaña fue muy dura, el PRI tenía ánimos de revancha y el PAN venía de una mala racha, pero Luís Quirós hizo una magnífica campaña (su lema era el líder que escucha) y ganó la elección aunque con un margen muy pequeño, apenas lo suficiente para evitar que cualquier impugnación de la elección prosperara. Celaya se perdió.

Simultáneamente a la campaña y a mi incipiente labor periodística, fundé una editorial, acaba de leer las interesantísimas memorias de la ex Primer Ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher y se me ocurrió que se podían publicar y divulgar experiencias de gobierno y estudios políticos hechos desde los estados y municipios. Después de vivir en el DF prácticamente toda mi vida, víctima del centralismo político e intelectual, desconocía toda la riqueza intelectual que existe en los estados y municipios de México, así que fundé la editorial pensando en retomar toda ese conocimiento acumulado y promover a los autores para que sistematizaran sus conocimientos y experiencia y las plasmaran en libros que pudiéramos difundir por todo el mundo. 
Luis Quiroz: Alcalde de León 1994

En esta hipótesis, además de pedirle a Ramón Muñoz que me invitara a la campaña de Luís Quirós, le propuse que escribiera un libro en donde platicara su experiencia como estratega del Ayuntamiento de León y contara esa historia de éxito. En esa época, lo poco que había sobre administración municipal era básicamente teórico, así que un libro inductivo, basado en una experiencia exitosa real, beneficiaría a muchos funcionarios municipales, especialmente panistas que eran nuevos en el gobierno, y académicos que podrían aprovechar ideas y experiencias para sus propias administraciones municipales.



Después de varios meses de trabajo, finalmente se publicó “La Voluntad de Servir” donde se plasmaba tema por tema (Seguridad Pública, planeación urbana, etc.) las dificultades, innovaciones y éxitos de la administración de León, área por área, de 1992 a 1994. Con ese libro, lo que estaba buscando es transmitir la idea de que no sólo era importante ganar elecciones, sino gobernar bien. Estaba preocupado porque en América Latina, mucha gente estaba desilusionada con la democracia por el pésimo desempeño de los gobierno emanados de ella, así que pensaba que publicar libros como “La Voluntad de Servir” donde Ramón acumulaba los conocimientos y las innovaciones desarrolladas durante una exitosa administración municipal, la consideraba mi primera aportación, como editor, para que desde el nivel más básico de gobierno, que es el municipio, se generara una cultura de buen gobierno y de una sana e innovadora administración pública.  

El libro tuvo bastante éxito entre muchos funcionarios municipales y académicos del tema, que lo han citado en muchos trabajos e investigaciones y le implicó a Ramón muchas conferencias en diferentes partes del país. Editando libros me di cuenta las pocas librerías que hay en México y lo poco que se lee en nuestro país.

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