viernes, 21 de octubre de 2011

Para entender la propuesta de una Secretaría de Justicia para Michoacán

Diez Lecciones para la Reforma al Sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal en México

Por Bernardo León


Los graves problemas de inseguridad que vive el Estado de Michoacán y el agotamiento del sistema inquisitivo para los procesos penales, así como la reforma constitucional de 2008, obligan a los poderes del estado a reformarse para implementar un nuevo sistema de seguridad pública y justicia penal que garantice, sin más, una sociedad segura y justa.

Desde que la asociación RENACE, promovió los juicios orales en Nuevo León, hasta la reforma constitucional de 2008, pasando por la reforma integral de 2004 que no se aprobó, las experiencias para legislar e implementar un nuevo sistema de seguridad pública y justicia penal han sido diversas y con resultados distintos, tanto a nivel federal como en las entidades federativas.

Derivado de la experiencia que se ha adquirido estos años, de la meticulosa observación de los aciertos y errores cometidos en otros países y estados y del marco legal en que se han dado las reformas, el Estado de Michoacán puede proponer un modelo para su reforma mucho mas acabado que busca impedir que se cometan los errores de otras latitudes, pero también potenciar los grandes aciertos que se han logrado.

Derivado de esta reflexión, la reforma Michoacana ha encontrado diversas ideas, sin embargo, podrían destacarse diez lecciones, que son indispensables para que el sistema funcione con eficacia y no se vuelva con el paso del tiempo, una decepción para la ciudadanía.

Quizás lo primero que habría que esclarecer, es que la Reforma no es un capricho o una moda o una presión de intereses extranjeros, sino una necesidad imprescindible para que en el marco de una sistema democrático de gobierno, se pueda combatir el fenómeno delictivo bajo la premisa del Estado de Derecho.

Siguiendo esta lógica también es fundamental aclarar que no se trata solamente de hacer “juicios orales” lo cual sería muy limitado y poco eficaz para los verdaderos problemas que enfrenta la convivencia civilizada entre los michoacanos. La reforma consiste básicamente en dotar al gobierno democráticamente electo y que opera bajo la premisa de no actuar fuera de la ley, de una herramienta legal, estructural, gerencial e incluso presupuestal, que le permita transformar los conflictos sociales, a través de una policía que haga una vigilancia eficaz, de una investigación criminal certera, de una fiscalía autónoma, de una defensa que entiende el significado procesal de la presunción de inocencia, de una judicatura independiente y de un proceso penal abierto y diseñado para conocer la verdad, en justicia, reconciliación y por lo tanto paz, para los michoacanos.

Finalmente, quizás uno de los elementos más importantes de la reforma implica, que pueda transformar la realidad, es decir, para ser claro, debe el nuevo sistema reducir la violencia que viven muchos lugares del estado, debe ofrecer mayor paz y seguridad a los ciudadanos y debe lograr que el conflicto social se canalice a través de los tribunales y no por otras vías, entonces podremos decir que cambiamos el sistema, de otra manera lo únicos que podríamos decir con los “juicios orales” es que perfumamos a un muerto.

Lecciones

1.- La doctrina de la reforma consiste en transformar el concepto de “órgano represivo del estado”, para, en su lugar crear uno nuevo, basado en la idea de que la policía y el MP son ciudadanos que ofrecen el servicio de “seguridad pública” a otros ciudadanos, garantizando la convivencia civilizada de los michoacanos y bajando, en primer lugar, los niveles de violencia, que ahora tenemos, no incrementándolos.

Quizás esta primera lección parezca retórica y sin contenido, pero si observamos con cuidado, la política implementada en los últimos años ha fortalecido sustancialmente a las fuerzas armadas y a la policía federal, en sus capacidades represivas, es decir, armamento, logística, equipamiento, etc., sin embargo, a pesar de esta “guerra” no sólo no se han reducido los niveles de violencia, sino que han aumentado; ahora hay más homicidios, más extorsión, más secuestros y una sensación mayor de inseguridad entre los ciudadanos.

Por ello, el modelo debe ser distinto, basándose en primer lugar en la idea general de que el control del fenómeno delictivo debe partir de la vigilancia y la cooperación entre los ciudadanos, la policía y en su caso el Ministerio Público, considerando que la mayor parte de los delitos son del fuero común, no delitos de delincuencia organizada. Por ello, el modelo privilegia, una policía con una doctrina de servicio (que será posible sólo si es mejor pagada, mejor reclutada, etc.) que privilegia la vigilancia, la discreta investigación, el bajo perfil y la relación directa, estrecha y constante con el ciudadano.

El nuevo modelo entiende, sin lugar a dudas que la criminalidad que vive México es producto de años de injusticias y de impunidad de todo tipo que ha afectado a los más marginados y más pobres, por lo tanto, es poco probable que sin atenuar dichas injusticias se genere seguridad por la vía represiva, mas bien ha sucedido lo contrario. Bajo esta premisa, el nuevo sistema de justicia entiende que una buena vigilancia y una buena relación entre el sistema y el ciudadano, impedirá que mas personas desarrollen una carrera criminal y que, por otro lado, vean en la policía y en un sistema de justicia nuevo, abierto y no represivo, un aliado para procesar los conflictos sociales, haciendo justicia de acuerdo a la ley, no por fuera de la ley.

2.- El Modelo de Seguridad y Justicia debe tener una Visión en la que se pueda medir su desempeño y su efectividad.

Es indispensable, que además de una doctrina de servicio público a favor del orden y la prevención, los resultados del Sistema se puedan medir para que no haya promesas vanas. En este sentido, es indispensable que se pueda medir y auditar el éxito o el fracaso de este modelo. Para ello se debe tener la Visión a 10 años de por los menos los indicadores más importantes de seguridad y justicia, para evaluar su desempeño en le tiempo.

La  Visión del Modelo, es la de monitorear los cinco grandes indicadores de seguridad:

a) El número y porcentaje de personas que ha sido víctima de un delito en el estado cada año.
b) La tasa de delitos por cada 100 mil habitantes.
c) El promedio de delitos por víctima.
d) La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes.
e) La tasa de denuncia.
f) La tasa de cifra negra y
e) La percepción de inseguridad.

Estos indicadores (a los que se podrían agregar más pero estos son vitales) permiten saber, si el nuevo sistema está sirviendo para disminuir el número de víctimas, si hay menos homicidios, si la sociedad confía mas en la policía y el MP, porqué están aumentando el porcentaje de denuncias y disminuyendo la cifra negra y sobre todo si la ciudadanía se siente ahora más segura, lo que determina al final el éxito o el fracaso del modelo.

Ahora importará menos, si se detuvo a tal o cual delincuente, sino si hay menos delitos, menos violencia y la sociedad se siente más segura.

Esto podrá irse midiendo en el tiempo, a través de un monitoreo de mejores prácticas, de la forma que se presenta en el siguiente cuadro y podrá, por supuesto, irse corrigiendo y ajustando para obtener estos resultados.




Está claro que lo que no se mide no se mejora, pero sobre todo no se puede distinguir el éxito del fracaso, por ello los actores del nuevo sistema deben tener claras las metas y orientarse a ellas.

3.- Debe haber una estrategia criminal articulada y con unidad de mando.

Hoy en día la distancia de facultades, de tamaño y de doctrina, entre las secretarías de seguridad pública y las procuradurías han limitado enormemente las estrategias de seguridad. La falta de unidad de mando, la articulación de una visión y metas de seguridad, generan ventajas enormes para la comisión de delitos.

De acuerdo al 21 constitucional, básicamente la tarea de investigar los delitos, incumbe al ministerio público y a la policía, pero ésta depende del aquél para realizar esta tarea, porque la denuncia formal del delito, la solicitud de órdenes judiciales para llevara a cabo actos de molestia y la investigación, deben ser hechas ante el MP.

En este sentido, debe haber una articulación muy estrecha para articular la funciones de vigilancia y de investigación del delito, de tal manera que la existencia de dos dependencias, con dos cabezas distintas que pueden tener visiones, prioridades y estrategias distintas para ofrecer seguridad y justicia a los ciudadanos no es una buena receta para alcanzar los objetivos de la Visión.

Por ello, el modelo michoacano, de manera similar a lo hecho a últimas fechas en Chihuahua y en Coahuila, integra a la Secretaría de Seguridad Pública y a la Procuraduría General de Justicia en una sola dependencia denominada Secretaría de Justicia.

Esta Secretaría estará presidida por el Procurador General de Justicia, pero tendrá a su mando un área de estrategia anticriminal, a la Policía Estatal, a la Agencia Estatal de Investigación, a la Policía Científica (peritos) y a los Fiscales de Distrito, de tal manera que la Visión tendrá una herramienta bien articulada, para establecer estrategias de vigilancia, investigación y persecución que puedan observar el fenómeno delincuencial de manera integral.

De esta manera, se podrán establecer de manera unificada, las políticas que puedan disminuir y controlar la inseguridad, y ofrecer a la ciudadanía un servicio público de seguridad con doctrina, visión, estructuras y herramientas para ofrecerle paz y seguridad.


4.- Debe haber policías suficientes, bien pagados, para reclutarlos bien, poderlos capacitar como una policía moderna y mantener el orden y prevenir el delito, conservar escenas del crimen y ejecutar las sanciones y cuidar a los funcionarios.

La clave del nuevo sistema recae en la policía, uno de los más graves errores que se han cometido en otras latitudes, respecto de la Reforma, consiste en haber transformado el proceso penal, de inquisitivo a acusatorio, sin tener una política de profunda reforma policial, tanto de corte preventivo como investigador.

Hoy en día Michoacán tiene una policía estatal muy pequeña y una policía municipal muy precaria. El estándar internacional, recomendado por la ONU, señala la necesidad de un policía por cada 276 habitantes, sin embargo en Michoacán tenemos apenas 1,483 policías estatales en activo, más 5,500 policías municipales, es decir, un policía por cada 644 habitantes, menos de la mitad, lo que imposibilita una adecuada vigilancia de colonias y comunidades, dejando desprotegidas grandes áreas urbanas y rurales del estado.

Adicionalmente, los salarios de los policías son muy bajos en la Policía Estatal y más bajos en las municipales, lo que imposibilita reclutar personal con mayor preparación para ejercer la función policial. Actualmente, la Policía Estatal Preventiva cuenta con un personal cuyo promedio de escolaridad es menor a tercero de secundaria, es decir, menos de 9 años de escolaridad promedio, lo que dificulta mucha la capacitación en modernas técnicas policiales.

Es evidente, que el nuevo sistema requiere de un mayor número de policías para cubrir con una adecuada vigilancia todo el estado, tanto las zonas urbanas como las rurales, para ello se necesita aumentar el número de policías a 15,756 entre municipales y estatales, o en el caso sólo estatales, si se crea la policía única. Bajo esta premisa, los policías deben recibir salarios mayores para poder reclutarlos con la preparatoria terminada y así poderles ofrecer una carrera policial, que satisfaga sus necesidades de vida, inhiba la corrupción y transforme la carrera policial en un oficio más digno y reconocido ante la ciudadanía.

El costo de una policía de excelencia para Michoacán, es alto considerando lo que ahora cuesta, sin embargo, podría establecerse un plan a cinco años para ir reclutando y financiando una policía de estas características. En este sentido, tiene que quedar muy claro, que el gasto en una policía de calidad en Michoacán que realmente tenga un impacto en la seguridad, se convertirá en una de las mejores inversiones, ya que el impacto en el aumento del turismo, la atracción de negocios, industrias y franquicias superará con mucho el costo presupuestal y la recuperación fiscal, de otra manera, la situación podrá deteriorarse más y entrar a un círculo vicioso de menos inversión, mayor desempleo, más inseguridad y por tanto menos inversión, etc.

Finalmente, una buena policía para el estado, podrá transformar la forma en que funcionan los centros de readaptación social, porque junto con los nuevos jueces de ejecución, permitirán mayor vigilancia, menos violaciones a los derechos y una ejecución de sanciones más adecuada a la ley.

En todo caso, es muy importante comprender, que sin la nueva policía – como ha quedado demostrado en otros estados – es muy difícil que el nuevo sistema pueda rendir los resultados que se esperan de éste.


5.- Debe haber detectives con todas las facultades para investigar los delitos y una visión estratégica de ésta para acumular procesos

En el marco del proceso penal adversarial, es indispensable que los delitos sean bien investigados y que se genere evidencia suficiente para que un tribunal de juicio oral pueda sin lugar a dudas determinar la culpabilidad de un probable responsable.

Como es sabido, a diferencia del sistema tradicional, las pruebas desahogadas durante la investigación ministerial, no tienen valor probatorio, a menos que se presenten en la audiencia de juicio oral, bajo las reglas de contradicción establecidas en el propio modelo adversarial.

Esta cuestión, impone una gran presión al Ministerio Público Investigador, porque lo obliga a hacer una investigación, que no solamente acumule evidencia (legal) contra un individuo, sino que también pruebe la comisión de un delito y la autoría o participación del probable responsable, de tal manera que el detective debe ser un ministerio público con un perfil profesional y una capacitación específica como investigador y que además tenga las facultades para recibir denuncias, solicitar al juez órdenes para llevar a cabo actos de molestia, como cateos, por ejemplo, de tal manera que se integren en esta figura, las habilidades y las facultades que cumplan el estándar requerido por el sistema adversarial.

A diferencia, de la función ministerial de investigación actual, que puede desahogar pruebas ante si, dar fe pública de la mismas y evitarse la comparecencia ante los jueces para explicarlas y someterse a los interrogatorios de la defensa. Los nuevos ministerios públicos investigadores, dividirán su vida laboral en tres actividades; la investigación de los delitos, la elaboración de carpetas de investigación SIN VALOR PROBATORIO y la comparecencia constante en las audiencias de juicio para explicar los resultados de sus indagatorias y someterse a las preguntas del Fiscal del propio MP y a los repreguntas de la defensa.

Finalmente, los MPI, deberán llevar a cabo investigaciones integrales, que no respondan solamente a la flagrancia o a las necesidades inmediatas de la denuncia, es indispensable que puedan establecer estrategias para combatir determinados delitos, con tácticas de mayor alcance, con paciencia y constancia para observar comportamientos, establecer ligas criminales, acumular testigos, vincular sospechosos y cómplices y planear operativos discretos que no dañen la percepción de seguridad y profesionalismo y que no dejen cabos sueltos.

Esto permitirá, que cuando llegue un asunto a los tribunales, vaya la investigación completa, es decir no sólo de un presunto responsable, sino muchos de los que han incurrido en determinada conducta para que las detenciones y los procesos, realmente abonen a la seguridad ciudadana y no se lleven a cabo detenciones de manera desarticulada y sin una estrategia de disminución de la criminalidad.

6.- Los Fiscales del Ministerio Público deben tener autonomía para perseguir los delitos sin influencias externas a su trabajo, ni presiones de la policía o los detectives pero deben rendirle cuentas al Congreso de su actuación.

A diferencia de los ministerios públicos investigadores, los fiscales del ministerio público, deben tener un perfil y un entrenamiento centrado en las habilidades de litigación en las audiencias orales.

El nuevo sistema adversarial, debido al principio de inmediación (no de inmediatez) requiere de una habilidad jurídica estratégica, que permita en la dinámica concentrada de las audiencias orales proponer y oponer alegatos y objeciones de una manera muy rápida, para defender la imputación en cada caso y lograr sentencias condenatorias.

Los fiscales del ministerio público, toman decisiones muy importantes para el proceso penal; deciden si los casos que le lleva el MPI tienen los suficientes elementos para ir a un proceso penal, deciden si determinados casos se deben resolver a través de la mediación o si debe tramitarse un proceso abreviado o llegar a un juicio oral y deben oponer recursos de todo tipo para buscar la convicción favorable de jueces y magistrados, por ello, es indispensable que tengan un importante grado de autonomía, para que su trabajo no sea objeto de presiones ajenas al propio deber de imputar y acusar ante el poder judicial.

En este contexto los fiscales del MP serán designados por el Gobernador del Estado, ratificados por el Congreso por un periodo de cuatro años y con la posibilidades de una nueva ratificación, además deberán rendir de manera anual un informe ante el Congreso para explicar sus decisiones, actividades y resultados.

Otro de los grandes problemas que ha tenido la implementación del sistema adversarial, es el hecho de que hay muy pocos juicios orales, la razón fundamental es el hecho de que los jucios propiamente dichos, representan una carga mayor de trabajo para los fiscales del MP, por lo que tienen el incentivo de resolver los asuntos a través de la mediación, cuando es el caso, pero básicamente a través del proceso abreviado, que genera condenas rápidas sin tanta presión. Sin embargo, este incentivo perverso tiene su origen en la falta de autonomía y rendición de cuentas de los fiscales, por ello el modelo michoacano, busca a través de la autonomía y de la rendición de cuentas ante el Congreso, generar un incentivo virtuoso que impulse a los Fiscales a llevar a juicio oral asuntos relevantes y demostrativos que evidencien los éxitos de la procuración de justicia y las bondades del nuevo sistema que busca la justicia de manera transparente y abierta.


7.-La defensa debe concentrarse en demostrar las debilidades de la acusación, no en probar la inocencia de su cliente.

El sistema adversarial ha sido acusado de proteger a los imputados más que a las víctimas, no obstante es indispensable que la sociedad entienda que los juicios penales de cualquier índole sirven para conocer la verdad histórica de un hecho delictuoso y con el derecho de determinar la inocencia o culpabilidad de una persona, dicho de otra manera, los presuntos responsables de un delito son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, porque su culpabilidad sólo podrá determinarse después de un juicio donde se hayan deshogados las pruebas, confrontado los testimonios y evaluado las conductas con respecto a la ley penal.

En este sentido, los fiscales del MP deben llevar casos sólidos a los tribunales, para impedir que una persona que haya cometido un delito quede impune. La clave del sistema adversarial, es decir, donde dos partes, en igualdad de circunstancias, se enfrentan para que, a través de la dialéctica de los contrarios se pueda conocer la verdad, consiste en que los fiscales del MP puedan probar, no ante si mismos, ni ante los medios de comunicación, sino ante el tribunal de juicio oral las imputaciones que hayan hecho sobre las conductas de un probable responsable.

En este contexto, los defensores deben comprender con pristina claridad que, para que el sistema opere adecuadamente, su trabajo fundamental no es demostrar la inocencia de su defendido, sino evidenciar las limitaciones y la, en su caso, debilidad probatoria del fiscal del MP que como es el acusador, debe probar.

En el sistema adversarial, los grandes operadores del sistema son el fiscal del MP y los defensores, sin embargo, la dinámica de la defensa debe centrarse (basado en la presunción de inocencia) en el hecho de que el fiscal debe probar y comprobar, frente a las oposición y alegatos de la defensa, solo bajo esta premisa la reforma probará su eficacia para encontrar en el juicio ( no antes de éste) la verdad histórica de los hechos y su adecuación al derecho, el peligro de no hacer esto es que la defensa estará haciendo el trabajo del fiscal y modificará el trabajo del juez para poder hacer justicia.


8.- Los jueces y tribunales deben ser independientes y hacer justicia.

La reforma michoacana, tiene muy claro que así como el Fiscal del MP debe tener un grado de autonomía para generar incentivos que le permitan hacer bien su trabajo y la defensa debe centrarse en las debilidades de la imputación-acusación, también comprende que es indispensable que los jueces, tanto los de garantías como los de juicio oral deben ser independientes, no sólo de la influencia de los otros poderes sino también de las propias jerarquías de Poder Judicial, de tal manera que puedan tomar decisiones sin la presión de influencias externas, donde su carrera judicial esté en juego por determinada resolución.

En este mismo sentido, es importante mencionar, que al igual que los fiscales y defensores, el nuevo sistema exige de los jueces, habilidades complejas para resolver de inmediato oposiciones, alegatos y objeciones de las partes, por lo que su capacitación y desarrollo de habilidades implica tiempo y estudio. En este contexto, los jueces no pueden manejarse como piezas intercambiables de puedan ser sustituidos fácilmente.

Por ello, la reforma establece que los jueces después de un periodo de cuatro años deben mantenerse en su cargo, ya que esto le dará estabilidad e independencia a su función, además de permitir el desarrollo de habilidades tan complejas como la de decidir asuntos delicados, bajo las premisas y la dinámica del sistema adversarial.

Los jueces, en un sistema prácticamente uni-instancial como es el proceso adversarial, y sin la figura de los jurados, deben entender los hechos y aplicar el derecho, por lo que sus habilidades no se obtienen de un día para otro, por ello es indispensable, cuidar su carrera, preservar su independencia ya que de esta manera estará garantizada una correcta administración de justicia.

9.- Las audiencias orales no son juicios escritos verbalizados.

Uno de los más graves errores en que han incurrido las reformas en otro estados y países es la de repetir la lógica de los procesos penales escritos solamente verbalizando las actuaciones que antes quedaban plasmadas en los expedientes. Esta situación hace que audiencias que deberían ser muy breves y ágiles se conviertan, en audiencias muy largas y aburridas, donde se llevan a cabo diversas formalidades sin ningún sentido, leyendo lo que en una audiencia oral se debería de dar por entendido. Por ello, debe estar prohibido leer, excepto en casos muy excepcionales para refrescar la memoria y aún así el juez y la contraparte deben detener cualquier abuso de esta situación a riesgo de que el nuevo sistema, sea igual que el tradicional, nada mas que verbalizado.

Una de las situaciones que más confunden del nuevo sistema es la necesidad establecida en el artículo 16 constitucional sobre la obligación de fundar y motivar. Bajo esta premisa, muchos ministerios públicos y jueces preparan escritos que leen en las audiencias para que quede registrado que se fundamentó y motivó debidamente. Esta práctica, además de inútil, transforma la audiencia breve y ágil, nuevamente en un proceso soporífero que no garantiza ningún derecho y en general entorpece la impartición de justicia. Por ello, es necesario comprender, que en el nuevo sistema, si bien se debe fundar y motivar como establece la constitución, debe hacerse de forma mucho más económica (no leído) y además debe entender que las actuaciones y decisiones están debidamente fundadas y motivadas por lo que no deberán de estarse repitiendo ni leyendo de manera constante, debe entenderse que la vigilancia del juez asegura esta garantía y por lo tanto debe estar sobre entendida a menos que se pida la explícita fundación y motivación por alguna de las partes.

Otra restricción fundamental, que juega en detrimento de los beneficios de la economía procesal del nuevo sistema, tiene que ver con el plazo constitucional de 72 horas. En lo que respecta a las audiencias preliminares del nuevos sistema, básicamente; la Audiencia de Control de Detención, la de Vinculación a Proceso y la que establece las medidas cautelares (todas ellas dentro del plazo de 72 horas) no son un juicio “chiquito” es decir, no buscan definir el fondo de la imputación, ni mucho menos resolverlo. A diferencia de cómo sucede actualmente el estándar de prueba es mucho mas bajo para lo que ahora entendemos como acreditar el cuerpo del delito y la probable responsabilidad del indiciado.

En el nuevo sistema estas audiencias, buscan establecer, si la detención fue legal, si hay causa probable para procesar (lo que no significa que hay que probar) cuestión que recae, en mas de un sentido, en el compromiso que toma el fiscal del MP para probar su imputación, por ello después de la vinculación a proceso, el juez puede otorgar hasta seis meses para que se concluya la investigación.

Los nuevos equilibrios y contrapesos del sistema, buscan que el Fiscal, no impute en falso, toda vez que deberá rendir cuentas de su actuación y cualquier abuso podrá generar responsabilidad y desprestigio, pero sobre todo, la audiencia respectiva y los alegatos de la defensa deberán impedir que se abuse de la prisión preventiva, de la imputación sin evidencia y de los plazos de investigación, el Fiscal para llevar un caso ante un juez deberá asegurarse que hay evidencia suficiente para vincular o de lo contrario deberá pedirle al MPI que haga una investigación más sustancial. Por otro lado, si por cuestiones de corrupción un fiscal quisiera abusar de alguna medida cautelar para presionar al pago de una deuda o alguna cuestión de carácter civil o mercantil, el juez deberá, asegurarse que el fiscal obra de buena fe y si no llamar su atención para evitar que el esté aproveche el error del juez, para fines ajenos al proceso penal.

La mayoría de las veces, el trámite del plazo constitucional, aunque puede llevarse 72 horas normalmente pueden resolverse, las tres cuestiones, en unos cuantos minutos.

Otra cuestión que es fundamental en el modelo michoacano, tiene que ver con el trabajo de la policía científica o pericial. Derivado de una rémora del sistema tradicional se sigue pensando que los peritajes tienen un valor probatorio superior por venir de un experto y que dichos dictámenes deben leerse en audiencia, esta creencia ha llevado a algunos estados a interpretar que dado el principio de “igualdad de armas” tanto el MP como la defensa deben tener sus propios servicios periciales, todavía bajo la práctica tradicional de presentar peritos de ambas partes y posteriormente un tercero en discordia. Básicemente encontramos un error de interpretación, en el nuevo sistema los peritos no son mas que otro testigo más en las audiencias, por lo que deberán ser presentados por el fiscal o en su defecto por la defensa para ser interrogados y contrainterrogados con el fin de aclarar los resultados de su trabajo, como también puede serlo testigos oculares o incluso policías que hayan efectuado una detención, sin embargo debe quedar claro que, en la medida que la defensa debe concentrarse en evidenciar los errores de la fiscalía no en defender la inocencia de su cliente y el MP en probar su acusación, la práctica de los peritos y su resultados deben desahogarse en las audiencias y ser sujetos de cuidadosa examinación por las partes, nuevamente, por esta misma razón, la lectura de largos dictámenes es innecesaria para los fines del proceso, lo que no significa, por cierto, que la defensa pueda presentar peritos que contradigan los dictámenes de la contraparte, pero éstos últimos deberán sujetarse a las reglas de interrogación del proceso adversarial.

Por ello, es muy importante que, a pesar de que es necesario mejorar la calidad de las pruebas y los alegatos que se desahogan en las audiencias orales, es fundamental no caer en el “síndrome CSI*”, es decir, el error de creer que todos los juicios orales requieren de pruebas periciales sofisticadas y exhaustivas, la mayoría de los juicios se resolverán utilizando el sentido común y la ley, hablando e interrogando a los testigos para conocer la verdad histórica de los hechos, es fundamental para el correcto funcionamiento del nuevo sistema, que no se exagere el trabajo pericial que observe en su justa dimensión, su contribución a la pequeña cantidad de casos complejos y a su aportación más humilde a casos mas sencillos, a riesgo de saturar de trabajos innecesarios que no van a dar mayor valor agregado a lo que los testigos aportaran en el juicio.

Otro error clave en el nuevo sistema que no se debe cometer, porque además es muy caro, es el de sobredimensionar el valor del registro video grabado de las audiencias, en el nuevo sistema, se ha transformado el expediente en video grabaciones de las audiencias, sin embargo, a pesar de su utilidad, el nuevo sistema, además de ser caro genera en la mayoría de los asuntos, registros difíciles de seguir para efectos de apelación, casación e incluso el amparo. Hay otras maneras más sencillas y prácticas para registrar fielmente las audiencias como la estenografía (utilizada en los congresos estatales y el federal) que sería más ágil y útil para la apelación , la casación y el amparo e incluso porque sin la necesidad de atrasar y adelantar el video hasta encontrar la parte conducente que se busca revisar, se puede hacer en el texto con una tecnología más sencilla y barata.

Uno de los debates más importantes del nuevo sistema tiene que ver con el uso que se le de al principio de oportunidad, como una facultad mas o menos discrecional del Ministerio Público y de las partes, en este sentido muchos estados han creado áreas de justicia alternativa en las agencias del Ministerio Público y en los tribunales, con fines de economía procesal. Sin embargo, en el modelo michoacano, las salidas alternas solo pueden y deben llevarse a cabo y ser sancionadas en sede judicial.

No debe olvidarse que el nuevo sistema vive de la igualdad de armas entre la defensa y el Fiscal del MP y que el MPI es un detective, de tal manera que ambos son autoridades administrativas no judiciales, por lo que darles esa facultad de mediar (el principio de oportunidad los pueden aplicar en sus investigaciones e imputaciones respectivamente,) implica resolver controversias, sin el concurso del juez, por tanto no es de su competencia (administrativa) y si puede distorsionar severamente su función investigadora o acusadora.

Sería muy grave para el sistema adversarial que el MP pudiera decidir resolver los asuntos en sede ministerial utilizando el principio de oportunidad sin que los jueces pudieran sancionar esas decisiones, ya que en más de un sentido es regresar al ministerio público que actúa como juez de instrucción en la averiguación previa. Por otro lado, si el delito es muy menor o no vale la pena llevarlo a proceso, el MPI puede decidir no investigarlo (mas no resolverlo) porque esa facultad le otorga la ley.

10.- Las sentencias no son la venganza social al delito, sino la aplicación de la justicia.

Quizás el reto mayor de la Reforma al Sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal en Michoacán sea la de convencer a la población y a los medios de que la aplicación de la justicia, tiene un efecto positivo en la sociedad, porque el proceso penal es una catarsis social que de alguna manera la reconcilia y cierra sus heridas.

Por ello, se debe entender, que la justicia penal, no es una venganza social, sino un proceso de catarsis, por ello, es necesario que los penales sean lugares más humanos, porque si bien es muy difícil la reinserción social, al final dos injusticias no hacen justicia. En este sentido no se debe abusar de la prisión preventiva, ni de las sentencias condenatorias y tratar de evitar la sobrepoblación carcelaria y el abandono de estos lugares porque, además de convertirse en escuelas del crimen se transforman en sedes de una mayor criminalidad y complican su custodia y orden.

El sistema debe ser congruente, si los juicios deben ser justos también las sentencias y la purga de las mismas, aún considerando las graves dificultades, las prisiones deben buscar, sin parar convertirse en verdaderos centros de reinserción y no en los olvidados y tercermundistas basureros de la miseria humana.


La Implementación

Para concluir, es muy importante señalar que el nuevo sistema debe entrar en vigor lo antes posible. Existe una creencia generalizada en el sentido de que es necesario una larga vacatio legis, sin embargo, considerando las deficiencias del sistema penal actual y las posibilidades del nuevo sistema está claro que, la entrada en vigor con mayor plazo no garantiza necesariamente una mejor aplicación.

Hoy en día se procesan apenas 3.4% de los delitos cometidos en el estado y solamente hay sentencias condenatorias en 1.4% de los delitos, así que cambiar al sistema implica mucho menos riesgos de los que se suponen, en este sentido es indispensable, establecer plazos suficientes de implementación, pero evitar su aplazamiento, ya que los plazos largos muchas veces relajan los procesos de implementación.

Los beneficios de la reforma son amplios y esperanzadores, su éxito permitirá una vida de mayor calidad para los ciudadanos, una mejor percepción del estado, más turismo e inversiones, crecimiento económico y la posibilidad de buscar nuevos horizontes de desarrollo e innovación para los michoacanos.

Además de la obligación constitucional de hacer la reforma, necesitamos la Reforma para que los michoacanos tengamos la posibilidad de convivir civilizadamente y en paz.


* Por la serie de televisión.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La Desaparición de las Comisarías de Policía y el Nacimiento de las Inefables Agencias del Ministerio Público.


Con este Acuerdo del Presidente Pascual Ortíz Rubio, se decretó el principio del fin de las Comisarías de Policía y el Surgimiento de las inefables Agencias del Ministerio Público y de la Denuncia Formal y su Laberinto de Impunidad.

La era de la desarticulación de la política criminal empezaba. 

¿Porque se empeñan en defender este autoritario y obsoleto modelo?

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viernes, 5 de agosto de 2011

15 M y el Tímido Programa de Pérez Rubalcaba


Los Indignados del 15 M, han mostrado que la brutal acumulación de poder en los gobiernos, las grandes corporaciones y sindicatos, han doblegado a las democracias.

La idea de que un gobierno fuerte, democráticamente electo y sometido a la ley velaría por los intereses comunes frente a los intereses particulares, se está desmoronando paso a paso.

Ningún gobierno (ni Estados Unidos, ni Reino Unido, ni México) ha podido someter a los intereses de banqueros, grandes empresarios ni de sus propios partidos políticos.

Genera una gran impotencia ver como en Estados Unidos, los banqueros causantes de la crisis económica y financiera, han aumentado sus salarios con los fondos de rescate proporcionados por los contribuyentes norteamericanos.

Es escalofriante observar al Presidente Obama firmar recortes al gasto publico de los servicios de salud para los ancianos y no hacer nada con todas las ventajas fiscales de los mas ricos.

Fue, en su momento, muy significativo que los gobiernos del Reino Unido y de los Estados Unidos engañaran a sus pueblos, afirmando que había armas de destrucción masiva en Irak, empezar una guerra donde han muerto miles de jóvenes y que a la vuelta del tiempo se haya demostrado que era mentira y nadie haya sido procesado por eso.

Es muy significativo que en España ni los socialistas ni la derecha hayan podido articular el turismo, los servicios y el sector inmobiliario con la economía de la innovación que es la única que le dará los empleos que le hacen falta.

¿Qué han evidenciado los Indignados? - que el gobierno representativo, intermediado por partidos políticos, se ha corrompido completamente;

a)     Por la enorme cantidad de recursos financieros, humanos y materiales que concentra.
b)    Por la asociación perversa – de intereses recíprocos – con los aparatos mediáticos que administran la ideología y el consenso
c)      Por la relación muy cercana en las cúpulas políticas, financieras y empresariales que los convierten en un mismo partido, empeñado en generar consensos sociales para proteger intereses particulares.

El fondo es que intereses tan enormes – diría Lord Acton – corrompen irremediablemente y sutilmente a las estructuras del poder político y económico que las divorcian de los ciudadanos e incluso de los consumidores.

La hipótesis de la división de poderes, de los anticuerpos sociales, como la prensa libre están haciendo agua y al ciudadano indignado lo que le queda es el “derecho de pataleo”.

Los Indignados del 15 M y los blogs, twitters y páginas web hasta ahora son los espacios de libertad que le quedan al pueblo, pero los partidos, los sindicatos y el propio gobierno están secuestrados por los intereses que los alimentan de poder y privilegio.

¿Qué propone? Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a la Presidencia del Gobierno ante esto? Tres cosas;

a)     Mas proporcionalidad y cercanía a través de circunscripciones mas pequeñas siguiendo el modelo alemán
b)    Que los diputados y senadores puedan formular iniciativas de forma individual
c)     Abrir la iniciativa ciudadana modificando la comisión de peticiones por una de participación ciudadana y
d)    Reformar al Senado para que represente mejor a las autonomías

Adicionalmente, quizás, aunque el candidato socialista no lo hizo tan explícito promoverá la reforma judicial que ha propuesto el Fiscal General del Estado Cándido Conde-Pumpido Tourón para centrar la investigación criminal en los fiscales y no en los jueces de instrucción.

El laberinto de Pérez Rubalcaba es que no debe proponer un programa electoral, la coyuntura de España, que ha evidencia los Indignados exige mucho más que eso. El impulso de la transición de la que gozaron Adolfo Suárez, Felipe González, José maría Aznar y Rodríguez Zapatero, se agotó, ahora hay una exigencia de nuevas metas, nuevos liderazgos que generen un nuevo impulso que transforme a la sociedad española, de una sociedad opulenta a una sociedad innovadora.

Más allá de algunas tímidas reformas electorales y una reforma judicial que debe repensarse con mas cuidado, lo que se requiere es un replanteamiento que libere al Estado, del secuestro de los intereses que lo están dominando y se transforme nuevamente en le garante de los intereses generales, frente a los particulares.

Se requiere una “evolución” que ponga a España a innovar, para que transfiera el poder de los intereses actuales (burocratizados) y lo disperse entre otros nuevos, de industrias nuevas que no vivan de clientes cautivos sino de nuevos mercados, de inventos en innovaciones que generen empleos del siglo XXI.

Lo que se requiere no es una tímida reforma electoral, sino una mutación de la propuesta Española para el mundo. Así los Indignados tendrán un líder y una causa, ahora sólo están Indignados.

lunes, 25 de julio de 2011

Page One: Manufacturing Consent Part II and Rene Descartes

If the information through which we get the idea of truth and reality comes to us via our senses. How do we know that our senses are right? How do we know our senses are not cheating us? That´s simple: BECAUSE THE NEW YORK TIMES SAID SO!!

Page One (http://www.imdb.com/title/tt1787777/), makes the case of the New York Times truth; we have correspondents all over the world, we have the best journalists, editors and managers; we have what, small news, websites, bloggers or twitters don´t have; the practice of professional journalism.

 So, even if the news delivered by paper are dying, we can compete in the web and social networks, because journalism is still alive and though we no longer have the monopoly that paper, newspaper gave us, we are reinventing journalism in the web. In short, the aggregation of opinions through tweets, blogs or Facebook lacks the sources, the rigor and the vision that NYT journalism has.

Well, so far they´re right, however Page One doesn´t address the real issue here, are the NYT telling the truth? The kind of consent they´re helping to manufacture is based on democratic values or in special interest they have served in the past?

The question remains because nobody questions NYT professionalism but the interest they serve.

Page One says almost nothing about Carlos Slim´s investment in NYT, just a few seconds and gives no real answers to the Judith Miller´s reports on WMD in Iraq despite the fact that ambassador Wilson wrote a piece in the same paper explaining there wasn´t the possibility of WMD in Iraq.

Consent is manufactured through the information we have, which is transformed in perception and then in decisions and actions, therefore let us read with a bit of a critic doubt the truths and facts the NYT professional journalists published, and let us read the blogs, the tweets and the social networks as a way to create checks and balances to diminish the power of the old all powerful journalism, which despite its information apparatus knowingly not always, have said the truth.

I´ll keep reading NYT, cause it´s the best, but I´ll keep reading other sources and seeing other things to manufacture my vision of the world. Rene Descartes perhaps would smile thinking... "methodic doubts" 

miércoles, 29 de junio de 2011

La Denuncia Formal: Un Laberinto de Impunidad

Ahí les va la Introducción del nuevo libro que busca entender porqué a pesar de la inseguridad la gente no denuncia los delitos y porqué los gobiernos complican tanto la presentación de una denuncia.

En México, apenas se denuncian 22.1 de cada 100 delitos sin embargo, solamente se inicia una averiguación previa en 14.8, es decir que de cada 100 delitos solamente 14.8 son “investigados” por la autoridad ministerial.

Básicamente el 38.3% de las personas que no denuncian el delito o delitos de los que han sido víctimas es porque lo consideran una pérdida de tiempo, 15.2% porque desconfían de la autoridad, 12.3 porque los trámites son largos y difíciles, 4.8 por una actitud hostil de la autoridad y 1 por miedo a que los extorsionaran. En suma, el 70% de los que no denuncian un delito, consideran que el deficiente servicio de la autoridad (en este caso de las agencias del ministerio público) es la principal causa de que no denuncien los delitos. En los países con los niveles más altos de denuncia, la autoridad conoce entre el 50% y el 70% de los delitos.

La denuncia de hechos que tentativamente pueden implicar la existencia de un delito, (aunque no es la única forma de que la autoridad se entere de la existencia de un posible delito) es muy importante para investigar y perseguir cualquier tipo de crimen y para desarrollar una sólida política anti-criminal. Sin embargo y a pesar de su importancia, el diseño del sistema de seguridad pública y procuración de justicia, así como la regulación de este procedimiento, en la práctica inhiben al individuo, como los datos lo confirman, para reportar a la autoridad la posible comisión de un delito.

Las razones del bajo nivel de denuncia en México se pueden explicar de diversas maneras, sin embargo, el origen del problema se encuentra en la confusión que existe entre el concepto de denuncia o querella en un sistema inquisitivo, que opera como una garantía contra abusos de autoridad, especialmente de quien está encargado de la investigación de los delitos y el concepto de denuncia o querella en un sistema adversarial donde estas son el simple (o complejo dependiendo el ilícito) reporte de un posible delito o en etapas posteriores como la acusación que hace la entidad competente a un juez, para vincular a una persona a un proceso penal.

Por un lado, a la denuncia se le entiende como el hecho de que cualquier persona le reporte a la autoridad la posible comisión de un delito (noticia de un crimen), para que la autoridad proceda a actuar en consecuencia, es decir, impedir que éste continúe, si es que está en proceso, con el fin de proteger a las posibles víctimas, o a investigarlo para perseguir a los culpables.

Por el otro, a la denuncia se le da el carácter de una garantía para el imputado y para la sociedad en general ya que este requisito (previo a cualquier investigación criminal) busca  impedir que la autoridad pueda causar molestia (detención, cateo, intervención de comunicaciones, etc.) a un individuo por su propia iniciativa, sino que requiere para actuar que haya una acusación hecha por un persona (antes se pedía que fuera una cierta y digna de fe) y por un hecho que pueda constituir un delito en el que éste haya estado involucrado.

Esta segunda acepción (la de ser una Garantía) requiere de mayor explicación para entender su significado, la lógica en la que se diseñó, el derecho que buscaba proteger en el marco del Garantismo Inquisitivo, pero sobre todo, la absurda restricción que genera y la torpeza que provoca para denunciar e investigar los delitos y lo innecesario de esta garantía a la luz de una justicia democrática.

Bajo la premisa de que la Denuncia es una Garantía, los códigos de procedimientos penales, tanto federal como de los estados, así como la jurisprudencia, han establecido a la denuncia y a la querella (y una serie de formalidades para presentarlas) como un requisito de procedibilidad para iniciar la investigación de un delito lo que provoca, como nos demuestran las cifras, un nivel escandalosamente bajo de denuncias de parte de las víctimas u ofendidos de un delito.

Establecer en la carta magna el sólo hecho de reportar la posible comisión de un delito a la autoridad investigadora parecería fútil sin embargo, detrás de este requisito existe una larga discusión sobre las garantías procesales que atenúan la agresividad del sistema inquisitivo y de las facultades de molestia que la autoridad investigadora puede tener en contra de un ciudadano, sospechoso de un delito.

El presente ensayo, es un intento por entender las razones del bajo nivel de denuncia del delito que hay en México pese a la criminalidad que se vive, desagregando el proceso de denuncia y entendiéndolo a la luz de su trayectoria histórica, jurídica y fundamentalmente política.

Al mismo tiempo y abusando de la paciencia del lector, busca recuperar y separar en su adecuada etapa procedimental (aunque al principio genere confusión), las diversas acepciones que equivocadamente se han integrado en el proceso de denuncia ante el Ministerio Público como; a) reporte de un delito; b) como la imputación que se hace en contra de una persona por la posible autotía o participación en la comisión de un delito y; c) como requisito indispensable para que un juez pueda librar una orden de aprehensión.

Finalmente, hace una propuesta para recuperar y facilitar en la teoría y en la práctica, el concepto y el procedimiento para; a) reportar un posible delito, con el fin de aumentar el nivel de denuncia del delito; b) recuperar el papel del Ministerio Público como autoridad administrativa encargada de la persecución de los delitos y evitar cualquier semejanza de esta noble institución con los antiguos jueces inquisitivos y c) solventar la grave confusión de etapas procesales que existen entre el reporte de un posible delito (la denuncia) y la acción penal que permite a un juez, por “denuncia” del Ministerio Público librar una orden de aprehensión o autorizar otras medidas de molestia en contra de individuos sospechosos de cometer un delito para vincularlos a un proceso penal.

Si bien la reforma al sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal de 2008, resolvió en la legislación muchas de las restricciones que han tenido la autoridad y la sociedad para combatir la delincuencia y proteger los derechos humanos, mantuvo e incluso incrementó la dispersión y duplicidad que existe entre las instituciones de seguridad pública y procuración de justicia para articular una política criminal, básicamente porque omitió recuperar el sentido original y garantista del concepto y del proceso de Denuncia (manteniendo la confusión de originada en1929 y sin leer al gran Francisco Zarco como veremos) como el requisito para que un juez pueda vincular a un ciudadano a un proceso penal y no como un trámite de corte inquisitivo para que una autoridad administrativa (el Ministerio Público) pueda someter a una instrucción administrativa a un ciudadano, cosa que va seguir generando problemas en la implantación del nuevo proceso penal pero sobre todo va a ser un obstaculo para que haya seguridad pública y justicia penal en nuestro país.

viernes, 17 de junio de 2011

Memorias de Los Pinos


Por. Bernardo León Olea

Repito esta primera parte para, empezar desde el principio.

Mi oficina en Los Pinos estaba exactamente arriba de la oficina del Presidente, en broma, me gustaba decir que “mi oficina estaba por encima de la del Presidente”, lo cual físicamente era verdad, pero hasta ahí.

El último día que ocupe esa oficina, me senté en el escritorio, observe toda la habitación con su grandes ventanales que daban a los jardines y al busto de Benito Juárez y de Sebastián Lerdo de Tejada, el librero estaba vacío, el enorme pizarrón que había mandado poner en una pared se encontraba perfectamente limpio y sólo unas cuantas cajas con libros y con algunas fotos personales permanecían en la mesa de juntas, listas para llevármelas.

Sentado en ese lugar, pasaron por mi mente las experiencias que me había tocado vivir en 20 años de activismo político, desde el diálogo interno que tuve a los 18 años para decidir si me afiliaba al Partido Socialista (PSUM) al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), al Partido Demócrata Mexicano PDM o al PAN (Acción Nacional), hasta el proceso de desafuero en contra de López Obrador, pasando las elecciones en Juchitán, Oaxaca en el 1985, por la campaña para gobernador en Chihuahua en 1986, el fraude electoral de 1988, la elección de Ruffo en Baja California Norte, que lo convirtió en el primer gobernador panista de la historia, hasta la elección de Vicente Fox en el año 2000.

Comparaba, la transición a la democracia y el gobierno de Fox, con la forma en que me la imaginaba durante la década de los ochenta y de los noventa, cuando la meta era derrotar al PRI y construir un sistema democrático y me daba cuenta que derrotamos al PRI, pero luego algunos obtusos colaboradores del Presidente Fox lo habían revivido en sus peores formas y, por otro lado, la construcción de un sistema democrático todavía era muy frágil como para cantar victoria, sin embargo, el país estaba en calma y la economía estable, aunque subsistía una enorme injusticia en el país.

Claramente las cosas habían sido muy diferentes a como las había imaginado, me sentía un poco decepcionado, pero no demasiado, durante mis años en Los Pinos – al menos en los que a mí me tocaba – habíamos tenido muchos éxitos que festejar y a pesar de toda yo me sentía muy optimista. Sin asomo de cinismo, con los pies en la tierra, y después de ver con cierta crudeza la naturaleza humana en el trance de la lucha por el poder, me había convertido en fiel seguidor del paradigma panista de que “no haya ilusos para que no haya decepcionados”.

Abstraído en mis recuerdos y reflexiones y, dándome cuenta de donde estaba sentado y la trascendencia del momento – al menos para mí – (no todos los días se va uno de Los Pinos), me regresó a la realidad mi secretaría –Josefina – que me avisaba que ya estaba mi chofer en la puerta 5 para llevarme a mi casa. Me paré, observe por última vez la oficina y me salí.

Al cerrar la puerta oí el ruido de la cerradura electrónica de mi oficina por última vez, me despedí de Josefina – mi secretaria – sin mucha ceremonia para evitar las lágrimas y baje las escaleras principales. En la planta baja me cruce con el Presidente Fox y me despedí con un –buenas noches presidente y me respondió amablemente de la misma manera y continué mi camino a la calle. El Presidente no sabía que yo había renunciado, no me había atrevido a decirle, porque un funcionario antes de mi se había ido a despedir y el Presidente se había negado a aceptarle su renuncia y lo había tratado casi como un desertor, así que yo presente mi renuncia ante mi jefe directo, que era Ramón Muñoz y no le informé directamente al Presidente, tenía miedo de que me retuviera o de recibir alguna reprimenda.

Renuncié, en diciembre de 2005, en 2006 serían las elecciones federales y yo me quería presentar como candidato a diputado por el V distrito electoral en Tlalpan DF, tenía la ambición de ser diputado, tenía una agenda legislativa y política que quería promover en la cámara baja y no quería que nada aplazara mi proyecto, además había terminado mi trabajo y el proyecto que quedaba pendiente (la reforma de seguridad pública y justicia penal) no sería aprobada hasta el sexenio siguiente (yo esperaba ser el Presidente de la Comisión de Justicia para promover su aprobación), la mala relación de Fox con el Congreso impedirían que eso sucediera antes, por lo que yo sentía que había terminado mi tarea. Así que me fui a la Puerta 5, me despedí de los miembros del Estado Mayor Presidencial que cuidan la entrada de la casa presidencial, me subí por última vez al coche que me había prestado el gobierno por cinco años y medio y me fui a mi casa.

Ese ciclo de mi vida que había empezado 20 años antes, terminaba, en diciembre de 2005, saliendo de la Residencia Oficial de Los Pinos después cinco años y medio de trabajar con el primer gobierno panista de la historia, efectivamente mucho agua había corrido en ese río. 

martes, 7 de junio de 2011

Ernesto Cordero: Una candidatura endogámica


De los últimos cinco presidentes emanados del PRI, ninguno tuvo un puesto de elección popular antes de ser presidentes. Su vida, la de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo había transcurrido entre oficinas burocráticas de bajo y alto nivel, pero ninguno fue diputado, senador, gobernador, presidente municipal, ninguno fue a buscar el voto o a entenderse con los ciudadanos, su vida era sólo la rutina, sólo la visión muy limitada, que desde la oficinas burocráticas del gobierno federal en el DF se tiene del país.

Si uno observa sus trayectorias profesionales, básicamente fueron servidores de carrera, quizás con la excepción de Luis Echeverría, que estuvo mas ligado al trabajo partidista dentro del PRI, ninguno realmente hizo trabajo político. Su ascenso fue burocrático y su llegada al poder estuvo directamente relacionada con un sistema político, que independientemente de a quien postulara para ser presidente, ganaría las elecciones.

Dicho de otra manera, en México las carreras políticas se construían en la burocracia, no en la arena electoral, lo que convertía a la Administración Pública un campo de batalla político, distorsionando su función administrativa en perjuicio de los mexicanos.

Los viejos priístas (y los nuevos ahora se han dado cuenta de eso) sabían que había que estar en contacto continuo con el pueblo, ir a sus bautizos y bodas, conocer su necesidades, darles diferentes apoyos y ayudas ya que estos “gestos” son fundamentales para mantener a su clientela electoral y política. Ese inmenso trabajo político le dio al PRI muchas décadas de poder, sin embargo, como todo buen monopolio (sin competencia), al saberse invencible descuido a sus bases (bajo la calidad de su producto) y permitió que unos jóvenes muy lejanos del pueblo pero armados con diplomas en diferentes universidades extranjeras, articulados al hablar y de finas maneras tomaran las cúpulas del poder (de donde todo partía) y abandonaran la cercanía con el pueblo.

Los tecnócratas tienen un despreció muy grande por la política, consideran a los políticos unos merolicos profesionales que no tienen clase. Ellos no se ensucian las manos, no discuten con ignorantes y mucho menos se rebajan a la despreciable tarea de buscar votos, excepto cuando, en la lejanía del candidato presidencial, hacen el esfuerzo de saludar a sus acarreados. Ellos son “políticos de cúpula”

Los tecnócratas fueron tan exitosos en su conquista del poder desde la burocracia y no desde el voto, que transmitieron la idea a muchos jóvenes mexicanos de que para llegar al poder había que estudiar en alguna universidad de prestigio básicamente en Estados Unidos, pero sobre todo vendieron la idea de que la carrera política no se construye en las colonias, en los pueblos, en los distritos electorales sino en la universidades extranjeras y en la burocracia federal.

Este esquema se repetía, en los estados y aún en algunos municipios e incluso en el Poder Legislativo, muchos burócratas eran postulados como gobernadores de sus estados natales, aunque habían pasado toda su vida en la ciudad de México y a otros los hacían diputados, plurinominales, por supuesto para que no compitieran.

Las elecciones del 1988, donde el PRI casi pierde el poder a manos de los “políticos” con bases (Cuauhtémoc Cárdenas había sido senador y gobernador de Michoacán) hicieron evidente esta situación y para 1994 Salinas postuló a Colosio que había sido diputado por mayoría, líder del PRI y Senador por Sonora, como candidato presidencial, sin embargo fue asesinado y un tecnócrata por antonomasia como Zedillo, fue postulado.

En la campaña de 1994, un político con apenas una licenciatura en la UNAM, pero forjado en las batallas partidistas, en las campañas, en los fraudes electorales y en el Congreso, lo venció en el debate y lo puso en la tesitura del perder las elecciones.

Para el año 2000 el PRI postuló a Labastida que había sido Gobernador de Sinaloa en 1986 (aunque llevaba años de no vivir ahí y ganó a través de un fraude electoral en contra de Manuel Clouthier), sin embargo se encontró con un político – Vicente Fox – de la calle, que había sido diputado federal por mayoría, Gobernador de Guanajuato y cuya carrera política estaba muy lejos de la alta burocracia panista.

La Tecnocracia del PAN

Desde su fundación, el PAN había tenido muchos problemas para ganar elecciones y obtener espacios de poder y por ello buscaba entre los empresarios, los profesionistas independientes y los activistas religiosos, a su candidatos, con el fin de atraer su fuerza y sus bases para el PAN.

Básicamente, durante la primera parte de su historia, el PAN ganaba alguna que otro distrito legislativo y esporádicamente un municipio basado en la fuerza no del PAN sino del incauto líder al que habían convencido para que se postulara.

Más adelante se crearon los diputados de partido donde todavía era indispensable tener una buena cantidad de votos para llegar a la cámara de diputados, sin embargo, después de las reformas electorales que crearon y ampliaron los diputados plurinominales y los subsidios a los partidos políticos, se fue forjando una burocracia panista que por su trabajo al interior del PAN, no con las bases, ni en los distritos, obtenían los primeros lugares en las listas plurinominales o la postulación en los distritos “seguros” lo que cambió completamente la dinámica partidista.

Durante las décadas de los ochentas y noventas, el PAN reclutó líderes sociales – básicamente empresarios – para lograr triunfos electorales. Líderes como Francisco Barrio, Manuel Clouthier, Carlos Medina, Fernando Canales, Adalberto Rosas, Vicente Fox, Ernesto Ruffo, entre otros, provenían de sindicatos patronales que querían cambiar la política del régimen pero que no parecían estar muy compenetrados en la ideología, ni siquiera en las luchas panistas, salvo excepciones que cumplían el doble perfil (panista-empresario) como Don Luis H. Álvarez o Rodolfo Elizondo.

Estos líderes y otros más le dieron fuerza al PAN y ganaron elecciones sin embargo, muchos panistas, los veían como advenedizos que habían aprovechado las luchas generacionales del PAN para cosechar los frutos sin que los verdaderos panistas – según ellos – tuvieran acceso al poder o a los altos cargos dentro de los gobiernos.

Los pleitos entre los comités municipales y estatales de PAN y sus alcaldes y gobernadores se multiplicaron, ya sea porque exigían cuotas dentro de sus gobiernos o porque querían definir la política y las alianzas de sus administraciones.

Esta situación llegó a su punto más alto, cuando los que se sentían herederos del PAN, se vieron desplazados por los empresarios y Fox se quedó con la candidatura presidencial, mientras Felipe Calderón quedó en los primeros lugares de la lista plurinominal, aunque casi toda la campaña del 2000 se la pasó en Harvard, para luego ser líder parlamentario en la cámara de diputados en una relación muy difícil con Santiago Creel y con el propio Fox que permitió que la agenda legislativa de ese sexenio fracasara.

La reacción en el PAN al triunfo de Fox no se hizo esperar, los panistas empezaron a pedir todo tipo de puestos y cargos en la Administración Pública Federal con el apoyo del partido, mientras Fox peleaba en el Congreso (con la oposición de Calderón) para que se aprobará una Ley del Servicio Profesional de Carrera, que evitara que el gobierno federal se convirtiera en un botín político de cualquier partido en este caso del PAN.

Sin embargo, esta ley no se implementó debidamente y una burocracia albiazul, se convirtió en un subproducto de la transición democrática. Aunque perdió el PRI las elecciones en el 2000, en realidad las formas y métodos priistas permanecieron en el gobierno y se trasplantaron al PAN.

El PAN nunca ha sido un partido de masas, más bien la ciencia política lo ubicaría como un partido de cuadros que aspiran al gobierno, sin embargo, a partir del triunfo del año 2000 las solicitudes para entrar al partido se multiplicaron geométricamente, por lo muchos lideres panistas se sintieron amenazados de perder el control del partido, así que se restringió mucho la afiliación al PAN y pasar de adherente a militante resultó una empresa muy complicada para muchas personas, incluidas algunas muy cercanas a Fox.

Seis años después, la visión endogámica del PAN, ha permitido que casi se pierdan las elecciones presidenciales del 2006, que se perdieran las elecciones del 2009 y que el panorama para el 2012 se vea complejo por buscar algún calificativo.

Sin embargo, esta situación no parece inmutar la premisa endogámica del PAN para los panistas o incluso todavía más, para los Calderonistas.

Ernesto Cordero, es una buena persona, capaz e inteligente y a diferencia de su jefe es mas conciliador y de buen trato, sin embargo, nunca ha tenido un puesto de elección popular, no tiene carrera política, es producto de la endogamia calderonista y reproduce un esquema que llevó al PRI a perder el poder.

La política es distinta a la administración pública, son dos cosas distintas, la política busca el cambio, a innovación y se basa en el sentido común, la administración pública busca la continuidad, el orden y se basa en la técnica. Los perfiles son distintos, un político esta en la calle, su trabajo es hablar, proponer, convencer, ser electo, no tiene que ser un experto, para eso lo asesoran los expertos.

En el fondo la tecnocracia tiene una visión profundamente despectiva de la política y de la democracia, porque cree que la técnica supera al sentido común, a las aspiraciones de los individuos. Los tecnócratas deben ser los asesores de los políticos, pero seria una pena que el PAN reprodujera el esquema que llevó al PRI a perder el poder y el PRI ganara con un político que al parecer esta muy bien asesorado.

Ojala que en el PAN encontremos un político que se postule a la Presidencia y que los panistas entendamos que los políticos son electos y los tecnócratas son de carrera y no tienen militancia partidista.

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