miércoles, 28 de mayo de 2014

Memorias de Los Pinos II: Antecedentes

LUCHAR POR DERROCAR AL PRI: PANISMO, SINARQUISMO O SOCIALISMO

Mi padre, nunca fue político, ni aspiró nunca al poder, toda su vida litigó como abogado en materia fiscal y de eso mantuvo a una familia de 12 hijos. Pase toda mi niñez en la colonia San Jerónimo Lídice, en el DF, mi vecino, el entonces Secretario de Gobernación, Luís Echeverría se convertiría en Presidente de la República y muchos funcionarios se fueron a vivir al antiguo pueblo zapatista de San Jerónimo Lídice, muy probablemente para estar cerca del poder. Apenas a unas casas se mudó Fernando Gutiérrez Barrios, del otro lado vivía Porfirio Muñoz Ledo, más abajo Sergio García Ramírez, Enrique Álvarez del Castillo y otros más que no recuerdo, pero muchos funcionarios vivían en esa zona y el ambiente del pueblo estaba, por decirlo así, muy politizado. También estaba lleno de hijos de políticos que no tenían pena de mostrar sus casas y coches importados (en una época en la que las fronteras estaban cerradas) que circulaban por las estrechas calles del pueblo. Los rumores que corrían sobre las tropelías de los “juniors” se comentaban en la intimidad familiar y uno vivía con el miedo de que no se cruzara uno de ellos en tu camino.

Siendo niño, no tenía ninguna conciencia de lo que pasaba durante el sexenio del Presidente Echeverría, pero recuerdo haber escuchado, las amargas quejas de mi padre y sus amigos, en las reuniones familiares por la corrupción y la represión del gobierno. También recuerdo, que el día de su último informe de gobierno, Echeverría había devaluado la moneda y mi padre estaba sumamente indignado, por eso y por el hecho de que muchos de sus amigos (algunos eran diputados y otros funcionarios) estaban aplaudiendo la medida en la Cámara de Diputados. (altavoces en la comercial mexicana)

Unos días después del informe, apareció Echeverría caminando por mi calle con una pequeña comitiva, cuando mi padre lo vio, lo bajo a saludar muy amablemente y lo invitó a pasar a la casa. Sorprendentemente el Presidente aceptó y con toda su comitiva entraron a mi casa. En mi fuero interno (de un niño de 10 años) no entendía porqué si apenas hace unos días había sido ese señor y su comitiva objeto de una crítica muy agria por parte de mi padre, ahora los trataba con tanta deferencia. Sin embargo, el momento se me hizo bastante entretenido – ¡no todos los días iba el Presidente de la República a tu casa!

La visita fue interesante, pero la anécdota vino de mi sobrino Guillermo, que estrenaba una cámara de fotos y le gritaba con desenfado al Presidente – ¡Echeverría, Echeverría! y cuando volteaba el Presidente disparaba su cámara. De pronto el Presidente le dijo – préstame tu cámara y ahora yo te tomo una foto, sin embargo mi sobrino se negó y argumento – ¡no porque me la robas! Echeverría se rió y comentó – ¡qué fama tengo! No recuerdo que pasó después pero creo que todos se rieron del asunto sin mucho entusiasmo.

Mi primer encuentro con un Presidente de la República, fue interesante y dos cosas se me quedaron muy grabadas, por un lado la sensación del poder tan enorme que tenía un Presidente (y eso que ya era el final del sexenio), daba la impresión de que podía hacer lo que quisiera con sólo manifestar su voluntad y todos sus colaboradores servilmente se reían de sus chistes (aunque no fueran graciosos) y le festejaban todo lo que decía, como si Jesús hubiera relatado una parábola. Por otro lado, el hecho de que esos monstruos que había sido objeto de críticas tan agrias parecían bastante humanos, incluso uno de ellos – Rubén Figueroa que era gobernador de Guerrero – resultó tío de mi madre.

Unos días más tarde, cuando Echeverría entregó el poder a su sucesor, mucha gente de San Jerónimo, lo fue a recibir a su casa, llevaron mariachis y una gran fiesta, yo acompañe a mi padre a saludarlo, una especie de besamanos y cuando fue su turno, Echeverría sólo le dijo “¡híjole!”, cuando le pregunté porque lo había ido a saludar, si no había sido un buen Presidente, me contesto – ¡por caridad cristiana! Nunca hasta después de trabajar en el sexenio de Fox, entendí lo que me decía.

Otro día, fui con mi padre a cenar a un restaurante de la zona rosa, que entonces era un lugar de cultura, de galerías, de librerías  y de artistas (no la zona roja en que se ha convertido ahora). Ahora se, que era un restaurante muy caro, habíamos saludado a Alfredo del Mazo que unos años después sería Gobernador del Estado de México, y yo empezaba a percibir, incipientemente, lo que era el poder y la política y todo lo que se podía hacer desde los puestos públicos, además de la deferencia y respeto con que te trataba todo mundo (en mi inocente cabeza de entonces no entendía de hipocresías y conveniencias), sin embargo, al salir del restaurante, había una pobre mujer con su hijo – un bebé de brazos – llorando sin parar, sentada en el piso de la calle, pidiendo limosna para alimentarlo. Cuando ví a la mujer, todo el glamour de la política y el poder desaparecieron, me sentí muy miserable, por esa mujer y me preguntaba –quizás de manera muy primaria e inocente – porqué, los políticos que había conocido, con tanto poder y dinero que tenían no podían ayudar a esta gente tan desprotegida, porqué al mismo tiempo, yo salía con el estómago lleno de un restaurante muy caro, donde había políticos y empresarios, a penas unos metros afuera había alguien que no podía darle de comer a su hijo.


Para terminar la noche, cuando íbamos de regreso a nuestra casa de San Jerónimo, pudimos ver a un hombre tirado en la calle, completamente borracho, golpeado, todo vomitado y semi inconciente. Mi padre, se detuvo y contra las protestas y el asco – debo confesar – de todos los que íbamos con él, subió al señor al coche y lo llevó a la casa, ahí lo baño, lo vistió, lo dejo dormir en un cuarto y a la mañana siguiente le dio de desayunar. Ambas escenas me conmovieron profundamente y las contrastaba con el poder, ¿cuál era la relación entre la política y estas cosas que había visto? ¿tenían alguna relación o eran dos cosas distintas? En verdad no lo sabía, desde la visita del Presidente a mi casa mi infantil cabeza estaba llena de cuestionamientos.

Memorias de Los Pinos I

Por. Bernardo María León Olea

Repito esta primera parte para, empezar desde el principio.

Mi oficina en Los Pinos estaba exactamente arriba de la oficina del Presidente, en broma, me gustaba decir que “mi oficina estaba por encima de la del Presidente”, lo cual físicamente era verdad, pero hasta ahí.

El último día que ocupe esa oficina, me senté en el escritorio, observé toda la habitación con su grandes ventanales que daban a los jardines y al busto de Benito Juárez y de Sebastián Lerdo de Tejada, el librero estaba vacío, el enorme pizarrón que había mandado poner en una pared se encontraba perfectamente limpio y sólo unas cuantas cajas con libros y con algunas fotos personales permanecían en la mesa de juntas, listas para llevármelas.

Sentado en ese lugar, pasaron por mi mente las experiencias que me había tocado vivir en 20 años de activismo político, desde el diálogo interno que tuve a los 18 años para decidir si me afiliaba al Partido Socialista (PSUM) al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), al Partido Demócrata Mexicano PDM o al PAN (Acción Nacional), hasta el proceso de desafuero en contra de López Obrador, pasando las elecciones en Juchitán, Oaxaca en el 1985, por la campaña para gobernador en Chihuahua en 1986, el fraude electoral de 1988, la elección de Ruffo en Baja California Norte, que lo convirtió en el primer gobernador panista de la historia, hasta la elección de Vicente Fox en el año 2000.

Comparaba, la transición a la democracia y el gobierno de Fox, con la forma en que me la imaginaba durante la década de los ochenta y de los noventa, cuando la meta era derrotar al PRI y construir un sistema democrático y me daba cuenta que derrotamos al PRI, pero luego algunos obtusos colaboradores del Presidente Fox lo habían revivido en sus peores formas y, por otro lado, la construcción de un sistema democrático todavía era muy frágil como para cantar victoria, sin embargo, el país estaba en calma y la economía estable, aunque subsistía una enorme injusticia en el país.

Claramente las cosas habían sido muy diferentes a como las había imaginado, me sentía un poco decepcionado, pero no demasiado, durante mis años en Los Pinos – al menos en los que a mí me tocaba – habíamos tenido muchos éxitos que festejar y a pesar de toda yo me sentía muy optimista. Sin asomo de cinismo, con los pies en la tierra, y después de ver con cierta crudeza la naturaleza humana en el trance de la lucha por el poder, me había convertido en fiel seguidor del paradigma panista de que “no haya ilusos para que no haya decepcionados”.

Abstraído en mis recuerdos y reflexiones y, dándome cuenta de donde estaba sentado y la trascendencia del momento – al menos para mí – (no todos los días se va uno de Los Pinos), me regresó a la realidad mi secretaría –Josefina – que me avisaba que ya estaba mi chofer en la puerta 5 para llevarme a mi casa. Me paré, observe por última vez la oficina y me salí.

Al cerrar la puerta oí el ruido de la cerradura electrónica de mi oficina por última vez, me despedí de Josefina – mi secretaria – sin mucha ceremonia para evitar las lágrimas y baje las escaleras principales. En la planta baja me cruce con el Presidente Fox y me despedí con un –buenas noches presidente y me respondió amablemente de la misma manera y continué mi camino a la calle. El Presidente no sabía que yo había renunciado, no me había atrevido a decirle, porque un funcionario antes de mi se había ido a despedir y el Presidente se había negado a aceptarle su renuncia y lo había tratado casi como un desertor, así que yo presente mi renuncia ante mi jefe directo, que era Ramón Muñoz y no le informé directamente al Presidente, tenía miedo de que me retuviera o de recibir alguna reprimenda.

Renuncié, en diciembre de 2005, en 2006 serían las elecciones federales y yo me quería presentar como candidato a diputado por el V distrito electoral en Tlalpan DF, tenía la ambición de ser diputado, tenía una agenda legislativa y política que quería promover en la cámara baja y no quería que nada aplazara mi proyecto, además había terminado mi trabajo y el proyecto que quedaba pendiente (la reforma de seguridad pública y justicia penal) no sería aprobada hasta el sexenio siguiente (yo esperaba ser el Presidente de la Comisión de Justicia para promover su aprobación), la mala relación de Fox con el Congreso impedirían que eso sucediera antes, por lo que yo sentía que había terminado mi tarea. Así que me fui a la Puerta 5, me despedí de los miembros del Estado Mayor Presidencial que cuidan la entrada de la casa presidencial, me subí por última vez al coche que me había prestado el gobierno por cinco años y medio y me fui a mi casa.

Ese ciclo de mi vida que había empezado 20 años antes, terminaba, en diciembre de 2005, saliendo de la Residencia Oficial de Los Pinos después cinco años y medio de trabajar con el primer gobierno panista de la historia, efectivamente mucho agua había corrido en ese río... 

sábado, 17 de mayo de 2014

El PAN: ¿Escuela de Cuadros Políticos o Agencia de Colocaciones?

Por. Bernardo León

"Yo entre a la política para "hacer algo", el error es 
que ahora la gente entra a la política porque quiere "ser alguien"
Margaret Thatcher

Mañana domingo 18 de mayo son las elecciones internas del PAN, gane quien gane, el problema del PAN no es quien lo dirija sino, ¿cuál es su identidad? ¿cuál es su oferta política? ¿qué alternativas de mejora ofrece frente a los gobiernos priístas?

El PAN es un partido que México necesita, sin embargo, es indispensable que redefina su identidad, porque después de derrotar al PRI en la urnas, de ser gobierno y de perder nuevamente, su oferta política a quedado desdibujada.

La identidad política del PAN y sus militantes era la de – frente al autoritarismo priísta – construir un sistema democrático mas representativo, frente a la corrupción gubernamental, ofrecer honestidad en el servicio público y ante al centralismo, articular un régimen municipal y federal fortalecido y ante la desigualdad una propuesta de mayor justicia basada en la ley.

Los gobiernos priístas perdieron el poder por corruptos, por las crisis económicas recurrentes que provocaron, por la desigualdad y la injusticia y por centralistas, sin embargo, el triunfo del PAN, mas temprano que tarde comenzó a mostrar actitudes similares o en algunos casos, peores.

Como ya se ha dicho el PAN conservó el sistema político priísta, se mantuvo la NO-reelección inmediata y los plurinominales, cosa que debilitó enormemente la democracia y una correcta división de poderes (lo llamaron gobiernos divididos; cosa que no explica nada y entorpece todo el proceso político); se mantuvo el presidencialismo (sin los mecanismos metaconstitucionales que el PRI si tenía). La partidocracia, por tanto, se convirtió en el nuevo corporativismo.

La reforma de justicia nunca llegó, el poder judicial siguió siendo un nicho de impunidad e ineficacia, los programas sociales siguieron siendo proyectos asistencialistas, el federalismo y el municipalismo – sin reelección, con plurinominales, sin reforma tributaria – se convirtieron en una especie de “feudos” que balcanizaron al país y produjeron una corrupción inconmensurable.

Quizás la crítica mayor está en el “chambismo”, “patronazgo”, “compadrazgo”, etcétera.

El PAN, tenía que haber roto la trágica tradición de transformar los puestos públicos en nichos de corrupción para parientes y amigos. En 2001 se propuso una ley de Servicio Público de Carrera, con el fin de que desde el Director General hasta Enlace – es decir los puestos públicos mas técnicos – fueran designados por méritos y en igualdad de oportunidades, no por cuotas partidistas, visiones de futurismo político, compromisos o simplemente por corrupción.

Sin embargo, la presión de los panistas, particularmente de los calderonistas fue muy fuerte. El Servicio Público de Carrera, a pesar de ser una propuesta del PAN, fue desechado y poco a poco el gobierno se fue llenado de “panistas de última hora” en los puestos técnicos de las diferentes dependencias, la imitación de las maneras del PRI, no podía ser mayor, se mimetizaron.

Es ahí donde estuvo la tragedia, la idea de formar cuadros en el PAN, era formar “políticos”, dirigentes que inspiraran políticas públicas humanistas desde los altos puestos de la administración; No convertirse en una agencia de colocaciones para puestos medios y bajos del gobierno.

Esta política, se convirtió en una catástrofe para el PAN, miles de personas vieron la posibilidad de colocarse, en donde fuera, bajo la peregrina premisa de ser panista; eso hizo que la militancia creciera enormemente y que se generaran “líderes” expertos en clientelismo político. Del mismo modo, que la administración pública se iba convirtiendo en un “botín” y en lugar de ser un aparato generador de “bienes públicos” se transformó en un campo de batalla y de privilegios de los grupos políticos del PAN que usaban sus cargos como trampolín político y base económica.

Imitamos demasiado al PRI.

En este sentido, el nuevo PAN que surja de la elección del día 18 de mayo, tiene que comprometerse de nuevo con la democracia, la justicia y la honestidad, o se queda sin oferta política, sin votos y sin poder.

El PAN, debe ser un partido de ideas y de cuadros “políticos”, pero NO una agencia de colocaciones, a riesgo de que el PRI – mucho mas experto en eso – absorba cualquier promesa que el PAN ofrezca. Los panistas necesitamos la presidencia, las secretarías de estado, las subsecretarias y las coordinaciones de asesores para gobernar, pero el resto del gobierno debe ser ocupado por profesionales de carrera, neutrales políticamente y designados con base en el mérito y la igualdad de oportunidades, no por ser amigos de alguien o cuota de determinado político con aspiraciones.

Los panistas debemos aspirar a los puestos altos del gobierno para “hacer algo”, no para vivir en la ilusión acomplejada de que el puesto nos va a convertir en “alguien”.


Eso evitará muchas crisis partidistas y permitirá gobiernos panistas mas eficaces y “DIFERENTES” a los del PRI.

viernes, 25 de abril de 2014

Las Penas con PAN...

Es muy significativo que el Presidente Peña Nieto haya escrito su tesis de licenciatura sobre el Presidente Álvaro Obregón y la consolidación del presidencialismo en México.

La Constitución original de 1917, era un documento bastante democrático que repartía el poder de manera bastante equilibrada, sin embargo, Alvaro Obregón y su Secretario de Gobernación (que luego lo sucedió) Plutarco Elías Calles modificaron el texto y el espíritu del documento para centrar todo el poder en el Presidente de la República, quizas con la idea de que el Manco de Celaya se quedaría por mucho tiempo en el poder.

No sólo aumentaron el periodo presidencial a 6 años o le dieron el poder al Presidente para nombrar y remover funcionarios judiciales, sino también eliminaron a los jurados populares. Nada tontos, a los jurados no los podían controlar pero a los jueces si, así que eliminaron a los primeros y a los segundos los volvieron sus subordinados.

También eliminaron la reelección inmediata de legisladores (lo cual les dio el poder de nombrar al 100% de los legisladores) y crearon un Código de Procedimientos Penales que le dieron todo el poder al MP (como la reforma de Murillo Karam). Finalmente Calles fundó el PRI (PNR en esa época) y decidió que sería el partido hegemónico unificando a la gran mayoría de las organizaciones políticas revolucionarias.

Considerando la época, fueron creando un sistema corporativo de campesinos (85% de la fuerza laboral), los obreros y las clases medias… y hasta el ejército.

En este contexto, el nuevo PRI de Peña Nieto está tratando de regresar a la hegemonía priísta basada en la economía del siglo XXI. En primer lugar destruyeron el IFE y lo convirtieron en un organismo conformado por cuotas partidistas, lo mismo hicieron con el IFAI, ahora con los sectores económicos de telecomunicaciones, volvieron a controlar a los gobernadores debilitando el federalismo, porque era feudalismo con el PAN dicen… lo que no aclaran es que era un "feudalismo"… de los gobernadores priístas.

Al mismo tiempo quieren volverle a dar todo el poder al Ministerio Público y se niegan a crear jurados para los juicios orales, los jueces son mas controlables.

Finalmente, decidieron limitar las candidaturas independientes para hacerlas inoperables (ya tienen controlados a los partidos) para también controlarlos (nada fuera del Partido parafraseando a Mussolini) ¿qué nos queda?

Dice el dicho que las penas con PAN son buenas… sin embargo, nadie esta contento con el PAN, su años de poder dejaron mucho que desear y una parte de los panistas se ha corrompido en el ejercicio del poder y en el ejercicio de la oposición. En mas de un sentido la campaña interna del PAN ha puesto a la luz la cara mas negra del PAN sin una sola idea innovadora que estimule la imaginación de los electores, es una lucha por el pedazo de pastel que queda.

Sin embargo, en el contexto peñanietista de volver al partio hegemónico versión siglo XXI, mas que alejarse del PAN, la sociedad tiene que volver a él, volver a tomar sus estructuras y candidaturas, para sacar a la infausta burocracia que lo corrompió. Porque dejar solo al PRI para que controle el siglo XXI como controló el XX sería un error muy grave.

En vez de dejar al PAN vacío de sociedad, hay que volver a tomarlo y volverlo a llenar de legitimidad.

Las penas peñanietistas… con PAN son buenas...


martes, 23 de julio de 2013

Conducción y Mando: Policía y Ministerio Público en el Nuevo Sistema de Justicia Penal


El artículo 21 Constitucional señala en  su primer párrafo que:

Artículo 21. La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función. 

Por otro lado, el Artículo 52, apartado A, fracción II de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública (LGSNSP), establece que para ser Ministerio Público se requiere:

“II.- Contar con título de licenciado en derecho expedido y registrado legalmente, con la 
correspondiente cédula profesional;”

Es interesante, que la Constitución faculte al Ministerio Público para investigar los delitos al igual que a las policías, pero a éstas las subordine a su “conducción y mando”, por un lado, y por el otro que la LGSNSP, exija la licenciatura en derecho para ejercer esa función.

En este sentido la LGSNSP no exige al MP, preparación específica ni especializada en la investigación de delitos, en criminología o alguna capacidad como detective, experto en estrategia anti-criminal o algo semejante, básicamente lo que exige es que sea abogado.
Es importante reparar en este asunto para esclarecer el significado de la premisa de “conducción y mando” establecida en el artículo 21 constitucional para determinar, no sólo el papel del MP en la investigación, sino también de la policía.
En este contexto, el artículo 75 establece que la función policial será la de investigar, prevenir y mantener el orden y la paz social:
Artículo 75.- Las Instituciones Policiales, para el mejor cumplimiento de sus objetivos, desarrollarán, cuando menos, las siguientes funciones:
I.   Investigación, que será la encargada de la investigación a través de sistemas homologados de recolección, clasificación, registro, análisis, evaluación y explotación de información;
II. Prevención, que será la encargada de prevenir la comisión de delitos e infracciones administrativas, realizar las acciones de inspección, vigilancia y vialidad en su circunscripción, y
III.            Reacción, que será la encargada de garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz públicos.
Y siguiendo esta misma lógica, el artículo 49 del mismo ordenamiento pone en el mismo plano a las policías dependientes de la seguridad pública y a las llamadas policías ministeriales al señalar en sus dos primeros párrafos que:
Artículo 49.- El Servicio de Carrera en las Instituciones de Procuración de Justicia, comprenderá lo relativo al Ministerio Público y a los peritos.
Las Instituciones de Procuración de Justicia que cuenten en su estructura orgánica con policía ministerial para la investigación de los delitos, se sujetarán a lo dispuesto en esta ley para las Instituciones Policiales en materia de carrera policial.
También es interesante que a pesar de que el artículo 49 reserva a las instituciones de procuración de justicia lo relativo a los peritos, el artículo 76 establece que:

Artículo 76.- Las unidades de policía encargadas de la investigación científica de los delitos se ubicarán en la estructura orgánica de las Instituciones de Procuración de Justicia, o bien, en las Instituciones Policiales, o en ambas, en cuyo caso se coordinarán en los términos de esta Ley y demás disposiciones aplicables para el desempeño de dichas funciones.
Finalmente, a través de las leyes orgánicas de la administración pública, y del ministerio público, procuradurías o fiscalías, federal y estatales y las leyes orgánicas municipales, se ha determinado que las policías federal, estatales y municipales, estén en su abrumadora mayoría bajo la estructura de las Secretaría de Gobernación (a nivel federal) y de las secretarías de seguridad pública estatales, con la excepción de Chihuahua y Jalisco que han integrado en sus Fiscalías Generales a la Secretaría de Seguridad Pública y su policía y a las policías ministeriales, peritos y ministerios públicos bajo un mismo techo.

Estado de Fuerza y Tramos de Control.

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2012, en México se cometieron 22.3 millones de delitos, para combatirlos, se contaba con un estado de fuerza en septiembre de 2011 de 397,664 policías en todo el país, de los cuales sólo el 7% eran policías ministeriales, es decir, que dependían directamente del Ministerio Público y de las procuradurías, mientras que el resto (93%) dependían de Seguridad Pública (ahora Gobernación a nivel federal) y de los estados.



Por su parte, la Procuraduría General de la República (PGR) y las procuradurías estatales acumulaban alrededor de 12,000 Ministerios Públicos. Dicho de otra manera, en la hipótesis de un ministerio Público 100% eficiente, cada agente debería conducir y mandar en la investigación de 1,858 delitos al año o 5 delitos al día, sin considerar fueros ni tipos de delito.

La realidad es que apenas se denuncian ante las Agencias del MP (AMP) 12 delitos de cada 100 y de estos sólo el 65% se convirtieron en averiguación previa, es decir, 8 de cada 100, lo que significa que cada MP debe mandar y conducir 156 averiguaciones previas al año o 0.4 al día. Evidentemente, hay investigaciones más sencillas y otras más complejas, sin embargo, la tasa de eficacia del Ministerio Público como receptor de denuncias e investigador del delito es inaceptablemente baja.

¿De quién es culpa? ¿De la policía? ¿Del MP?

Aclarar “Conducción y Mando” por el Bien del Nuevo Sistema

El Ministerio Público es una institución altamente sobrevalorada en el sistema penal, al mismo tiempo que la policía es gravemente desvalorizada.  Sin embargo, las cosas rara vez son lo que parecen. El MP como receptor de denuncias ha sido un fracaso (12 de cada 100), como investigador no es mucho mejor su record (4.5 de cada 100), quizás su mejor papel es el de fiscal (gana 90% de los casos) sin embargo, aquí hay mano negra porque la mayoría de sus convicciones se hacen con base en pruebas “testimoniales” y de personas detenidas en flagrancia, en donde la “prueba” se ha creado a base de “fe pública”. Así cualquiera.

Considerando que hay cerca de 400 mil policías y sólo 12 mil MP´s, sería una idea interesante que en el país, en lugar de haber Agencias del MP, hubiera Estaciones de Policía lo cual podría aumentar sustancialmente la capacidad de recepción de denuncias. La policía debería poder recibir denuncias (algunos me dirán que eso ya esta considerado), sin embargo, cuando un policía recibe una denuncia, según el artículo 215 del proyecto presentado por diversas organizaciones sociales debe “informar al ministerio público de forma inmediata”. ¿Para qué? En ese caso el MP seguirá siendo un muy estrecho “cuello de botella” para la denuncia de los delitos.

Por otro lado, sería muy útil que la policía (dado que esta diseñada en el Modelo de Policía Acreditable que incluye a policías investigadores o detectives) investigara los delitos, como una política proactiva y permanente de estrategia anti-criminal, no sólo como resultado reactivo de una denuncia, cosa que el MP difícilmente puede hacer. Y que solamente llevará ante el MP aquellos asuntos que realmente pueden convertirse en una acción penal.

¿Qué sentido tiene denunciar ante el MP si entre el 75% y el 85% de las investigaciones iniciadas no se concluyen y van a la reserva de ley o al archivo? El MP no tiene capacidad para investigar. ¿Se necesitan más pruebas?

En realidad, la denuncia debería ser un trámite sencillo y desformalizado, hoy toma entre 2 y 6 horas denunciar un delito en promedio, sin embargo, los nuevos proyectos siguen pidiendo requisitos para denunciar y establecen que es un requisito de procedibilidad la denuncia para proceder a una investigación.

En el mismo sentido, no se aclara cuándo y cuáles delitos se persiguen de oficio y cuáles requieren de una denuncia (Art.212 del mismo proyecto). La realidad es que la investigación del delito para el MP es un proceso que implica la judicialización de un determinado asunto, sin embargo, para la policía muchas investigaciones pueden no judicializarse o aplazarse dependiendo la estrategia, ¿para qué avisarle de todo al MP?.

En el nuevo sistema, considerando la exigencia de que el MP es por ley un abogado, debería aclararse sin ninguna duda, que “Conducción y Mando se refiere a la capacidad “jurídica” del MP de construir un caso para los tribunales, no convertirse en un censor del trabajo policial, que para eso están los jueces.

El MP, es un funcionario ADMINISTRATIVO, no judicial y por tanto, su papel en la investigación debería estar centrada en la construcción casos y no en revisar y “burocratizar” cada acción de investigación de la policía.

Si se tienen dudas del reclutamiento, capacitación y evaluación de la policía, lo que impide que se le den competencias, debería pensarse que el MP no tiene un record mucho mejor. El reclutamiento, capacitación y control de ambos cuerpos es igual de malo y debería mejorarse en ambos casos sustancialmente.

¿Porqué entonces el MP tiene que estar en cada paso de una investigación? ¿Qué garantías protege qué no pueda cuidar la estructura policial? Sobre todo si se considera que cualquier acto de molestia lo debe autorizar un Juez?

Dos tipos de investigación

Los proyectos de Código, regulan dos tipos de investigación; la preliminar y la complementaria. En este sentido debería ser muy claro que iniciar una investigación (cuando no hay actos de molestia) no debería tener ninguna formalidad, en todo caso un registro administrativo y a menos que hubiera un detenido (por obvias razones, es decir acción penal) se enterara al MP.

Es indispensable reiterar que la abrumadora mayoría de las policías NO dependen directamente del MP porque están en Gobernación, en las secretarías estatales de seguridad pública o en los municipios. Cuando se afirma que la investigación preliminar (aún cuando no haya actos de molestia o inclusive cuando sea un hecho que no es delito) debe ser conducida y bajo el mando del MP, se esta apostando a la inoperancia y burocratización del sistema acusatorio.

Es exageradamente inocente pensar, que este oblicuo diseño, no va a provocar graves problemas de articulación interinstitucional en la política criminal, desconfianza entre autoridades y espacios de impunidad para la delincuencia.

El 93% de las policías están en una institución distinta a la del MP, sin embargo, los proyectos suponen que los procuradores mandaran sobre las policías del Secretario de Gobernación federal, de gobierno o seguridad pública estatal y sobre las policías municipales. ¡¿?!

El Nuevo Sistema Acusatorio, a diferencia de lo que análisis muy superficiales creen, ¡claro que puede impactar y mucho en la disminución de la impunidad! de hecho, el sistema inquisitivo que tenemos todavía, parece que está diseñado para la impunidad porque fragmenta las funciones y facultades de los sujetos procesales. Por ello, es fundamental que el nuevo Código Procesal Penal Único, vaya de la mano de un diseño de procedimientos operables y eficiente, que tengan:

         a)     Unidad de Mando
         b)    Tramos de control claros y directos
         c)     Equivalencia entre facultades y responsabilidades de los actores y
        d)    El requisito indispensable de reclutamiento, capacitación y control para los actores.

Solo entonces vamos a recuperar para los mexicanos dos nobles instituciones: La Policía y el Ministerio Público y así tendremos herramientas para disminuir la impunidad (en serio) y a la vez proteger los derechos humanos.


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